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Jeremías 16:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 Pero antes voy a hacer que vengan muchos enemigos y que los pesquen como si fueran peces; después haré que vengan muchos cazadores para que los persigan por todas las montañas y colinas, y hasta en las grietas de las rocas.

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Biblia Reina Valera 1960

16 He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen —dice el Señor—. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Yo enviaré primero a muchos pescadores, dice Yavé, que los pescarán; después, a numerosos cazadores, que los perseguirán por montes y cerros, y hasta en las cavernas de las montañas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 He aquí enviaré a muchos pescadores que los pesquen, dice YHVH, y después enviaré muchos cazadores que los cacen por los montes y collados y por las hendiduras de las peñas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Mirad: voy a enviar a muchos pescadores -oráculo de Yahveh-, que los pescarán; y luego enviaré a muchos cazadores, que los cazarán en todas las montañas, en todas las colinas y en las grietas de las rocas.

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Jeremías 16:16
21 Referans Kwoze  

Además Dios le permitió ser un gran cazador. De allí procede el dicho: «Eres tan buen cazador como Nemrod, a quien Dios le permitió ser un gran cazador».


Todos ellos vendrán y ocuparán las cuevas que hay entre las peñas, las hondonadas de los valles, los matorrales llenos de espinos y los manantiales donde bebe el ganado.


voy a enviar contra vosotros a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y a todos los pueblos del norte. Ese rey está a mi servicio, así que lo enviaré contra esta nación y sus habitantes, y contra los pueblos de alrededor. Voy a destruirlos por completo; voy a convertirlos en un montón de ruinas, en objeto de horror y de burla. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Cuando escuchéis los gritos de los jinetes y los arqueros, toda la gente saldrá corriendo; algunos se meterán en el monte, otros treparán por las rocas y todas las ciudades quedarán abandonadas. ¡No quedará en ellas un solo habitante!


Pero yo, el todopoderoso Dios de Israel, —así os lo aseguro— haré que las naciones vecinas os asusten y persigan por todas partes. Todos seréis expulsados de aquí y nadie podrá reunir a los que huyan.


Esto es lo que dice el Dios todopoderoso: Los israelitas que queden con vida serán buscados por todas partes, lo mismo que el vendimiador rebusca los racimos entre los pámpanos.


Se acercaba nuestro fin. Vigilaban nuestros pasos y no nos dejaban andar libremente; ¡nuestros días estaban contados!


Aun más veloces que las águilas eran nuestros enemigos. Por las montañas nos perseguían, en el desierto nos ponían emboscadas.


Haré que las naciones se reúnan contra vosotros; y os castigaré porque habéis cometido un doble crimen.


Pero el poderoso Dios de Israel os jura que ya está cerca el día en que a vosotras y a vuestros hijos se los llevarán lejos de aquí. Tanto a ellos como a vosotras os pondrán ganchos en la boca,


Ese día sabrán lo que sienten los que huyen de un león y se encuentran con un oso. Ese día sabrán lo que sienten los que entran en su casa y los muerde una serpiente al apoyarse en la pared.


Ya no hay en este mundo gente buena y que ame a Dios; unos a otros se hacen daño. Solo esperan el momento de matarse unos a otros.


Cuando llegue ese día, tomaré una lámpara y buscaré en la ciudad de Jerusalén a los que viven confiados; son como vino en reposo y hasta se atreven a decir: «¡Dios no hace nada malo, pero tampoco hace nada bueno!».


Como tú mismo puedes ver, hoy Dios me ha dado la oportunidad de matarte aquí mismo, en la cueva. Algunos de mis hombres insistían que te matara, pero yo no quise hacerlo porque te considero mi señor, aquel a quien Dios ha elegido como rey.


Ya que el rey me persigue a muerte, como si se tratara de una pulga o una perdiz en el monte, yo le ruego que al menos no me mate lejos de la tierra de Dios.


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