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Isaías 9:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Tú nos has liberado de los que nos esclavizaron. Tu victoria sobre ellos fue tan grande como tu victoria sobre el pueblo de Madián.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Harás que crezca la nación de Israel, y sus habitantes se alegrarán. Se alegrarán ante ti como la gente se goza en la cosecha, y como los guerreros cuando se dividen el botín.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues el yugo que soportaban y la vara sobre sus espaldas, el látigo de su capataz, tú los quiebras como en el día de Madián.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Multiplicaste la alegría,° Aumentaste el gozo; Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, Como se gozan cuando reparten despojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque el yugo de su carga, la vara de su hombro, el bastón de su opresor los rompiste como en el día de Madián.

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Isaías 9:3
38 Referans Kwoze  

Les diste tantos hijos como estrellas hay en el cielo. Los llevaste a la tierra que prometiste a sus antepasados;


A unas naciones engrandece para después hacerlas fracasar; hace crecer a los pueblos y luego los destruye.


Dios les da su bendición, prosperan y multiplica sus ganados.


¡Ella me hace más feliz que si encontrara un tesoro!


Hazte presente, Dios mío, y muéstranos tu bondad, pues no faltan los que dicen que nadie puede hacernos felices.


Yo, el Dios todopoderoso, los voy a castigar; mostraré mi poder contra Asiria, como lo mostré contra Egipto; los destruiré como lo hice con Madián donde está la roca de Oreb.


Ese día, el pueblo de Israel cantará: «Te doy gracias, Dios mío, porque aunque estuviste airado, ya se te pasó la ira y me has llenado de consuelo.


Dios ha destruido por completo a los malvados reyes de Babilonia. Ya no seguirán maltratando sin compasión a los pueblos.


Aquel día se dirá: Ahí está nuestro Dios. En él confiamos, y nos salvó. ¡Alegrémonos y hagamos fiesta porque ha sido él quien nos ha salvado!


Tú has engrandecido nuestra nación. Has extendido nuestras fronteras para dar a conocer tu fama y tu poder.


y a los que Dios va a liberar. Volverán en Jerusalén cantando con mucha alegría, y para siempre vivirán felices. Se acabarán el llanto y el dolor, solo habrá alegría y felicidad.


Todo el mundo se alegrará porque Dios dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón.


Y ahora, Jerusalén, tú que nunca has sido madre ni has podido tener hijos, lanza gritos de alegría, entona alegres canciones, porque Dios dice: «Jerusalén, mujer abandonada, tendrás más hijos que la mujer casada».


En cuanto a vosotros, israelitas, saldréis de Babilonia con alegría y volveréis en paz a vuestro propio país. Cuando los montes y las colinas os vean, cantarán canciones muy alegres, y los árboles del campo aplaudirán.


¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! Él me ha concedido la victoria y me ha vestido de fiesta, como novio en traje de gala o novia adornada con sus joyas.


Habéis tenido que sufrir el doble de lo que merecíais, y os han llenado de vergüenza y de insultos; por eso recibiréis doble porción de riquezas y viviréis felices por siempre.


Mis seguidores saltarán de alegría mientras vosotros gritaréis de dolor con el corazón hecho pedazos.


Llenaos, pues, de alegría pues voy a crear una Jerusalén que será una ciudad feliz en la que vivirá un pueblo alegre.


Los que amáis a Jerusalén y habéis llevado luto por ella alegraos ahora y uníos a su alegría.


El Dios de Israel dice: ¡Cantad alegres, israelitas! ¡Cantad a la más importante entre todas las naciones! Y en vuestras alabanzas decid: «¡Tú, Dios nuestro, nos salvaste! ¡Salvaste a los pocos israelitas que aún quedábamos con vida!».


Cuantos más sacerdotes hay, más pecan contra mí; por eso, en vez de premiarlos, los voy a humillar.


Yo soy vuestro Dios, el que os sacó de Egipto para que no fueseis esclavos nunca más. Rompí las cadenas que os oprimían y os di la libertad.


A una señal mía volverán a reunirse y serán tan numerosos como lo fueron en tiempos pasados.


Pero si un hombre más fuerte que él lo vence, le quitará las armas, le robará todo y repartirá con otros lo robado.


Y todos en la ciudad se llenaron de alegría.


¡Vivid con alegría vuestra vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivid siempre con alegría!


Vosotros, aunque nunca habéis visto a Jesucristo, lo amáis y creéis en él, y tenéis una alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras,


¡Prestadme atención reyes y gobernantes! Mi canto y mi música son para el Dios de Israel.


Los israelitas seguían tocando sus trompetas, mientras Dios hacía que las tropas enemigas se atacaran entre sí y salieran huyendo en dirección a Bet Sitá y Sartán; en su huida llegaron hasta la frontera de Abel Mejolá, cerca de Tabat.


Cébaj y Salmuná trataron de huir, pero Gedeón los persiguió y los capturó. Eso causó mucho miedo y confusión en el ejército madianita.


Al llegar, David y sus hombres encontraron a los amalecitas comiendo, bebiendo y danzando por todo el campamento. Estaban celebrando el haber quitado un botín tan grande a los filisteos y a los de Judá.


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