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Isaías 8:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 ¡Escuchad esto, naciones lejanas, de nada sirve que os preparéis para la guerra! Aunque os arméis hasta los dientes, quedaréis aplastadas sin remedio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados; disponeos, y seréis quebrantados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »Reúnanse, naciones, y llénense de terror. Escuchen, todas ustedes, tierras lejanas: prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas! Sí, prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Véanlo, pueblos, y sean destrozados; atrévanse, naciones lejanas. ¡Arriba! Serán destrozados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Oh pueblos, ¡ensañaos y sed derrotados! Prestad oído, lejanías todas de la tierra: ¡Armaos, y sed derrotados! ¡Armaos, y sed derrotados!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 ¡Sabedlo, pueblos, y temblad! ¡Oídlo, lejanías todas de la tierra! ¡Ceñíos y temblad! ¡Ceñíos y temblad!

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Isaías 8:9
24 Referans Kwoze  

Entonces Ajab le respondió: —No cantes victoria antes de tiempo.


Los malvados no quedarán sin castigo, pero la gente buena se salvará.


Por eso Dios os hablará como si fuerais niños pequeños que apenas saben leer. Seréis como niños que empiezan a caminar: os caeréis de espaldas, os lastimaréis y quedaréis atrapados en la trampa.


Aquella misma noche, el ángel de Dios entró en el campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados; a la mañana siguiente el campo estaba lleno de muertos.


No dejaré que nadie te ataque, y si alguien lo hace, se estrellará contra ti.


No tengáis miedo del rey de Babilonia. Podéis estar seguros de que el Dios de Israel va a protegeros y a salvaros del poder de ese rey.


¡Egipcios, tomad vuestras armas y preparaos para el combate!


¡Ensillad y montad los caballos! ¡Afilad las lanzas, poneos las corazas, colocaos los cascos!


Tú —dice Dios— eres mi arma de guerra. Contigo destruyo naciones y reinos,


¡Prepárate, pues, para la batalla! ¡Ten listos a todos los ejércitos bajo tus órdenes,


pues te voy a dar una misión! Dentro de algunos años te daré la orden de invadir Israel. Este pueblo fue destruido y durante mucho tiempo quedó en ruinas. Su gente estuvo cautiva, y fue dispersada por muchas naciones. Pero yo lo he rescatado y ahora ha vuelto a reunirse en los montes de Israel donde ahora vive tranquilo.


Todos estos reyes se reunieron cerca del arroyo de Merón y acamparon allí, dispuestos a luchar contra los israelitas.


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