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Isaías 26:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Dios es nuestro refugio eterno; ¡confiemos siempre en él!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 No duden nunca de Yavé, pues Yavé es la Roca para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Confiad en YHVH perpetuamente, Porque en YH° YHVH está la Roca de los siglos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Confiad en Yahveh por siempre jamás, pues en Yah -en Yahveh- está la roca eterna,

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Isaías 26:4
32 Referans Kwoze  

Al día siguiente, se levantaron muy temprano y se prepararon para ir hacia el desierto de Tecoa. Mientras iban saliendo, Josafat se puso de pie y les dijo: —Escuchadme con atención, habitantes de Judá y Jerusalén: Confiad en nuestro Dios, y en sus profetas; si lo hacéis, todo saldrá bien.


El rey de Asiria confía en su ejército; pero nosotros tenemos a Dios de nuestra parte, y él peleará por nosotros. Al oír al rey Ezequías, el pueblo se armó de valor.


Si de comparar fuerzas se trata, ¡Dios es más poderoso! Y si lo convoco a un juicio, ¿quién podría obligarlo a presentarse?


Cántico para las peregrinaciones. Los que confían en Dios son como el monte Sion, que nadie puede moverlo y permanece firme para siempre.


En aquella ocasión, David dijo: ¡Dios mío, yo te amo porque tú me das fuerzas!


Poema compuesto por la familia de Coré. Instrucciones para el director del coro: para voces de tonos altos.


Sus palabras son amables y suaves como la mantequilla, pero en su interior solo hay violencia; son más suaves que el aceite, pero más cortantes que un cuchillo.


No pongáis vuestra confianza en el dinero mal ganado; no os hagáis ilusiones con el fruto de vuestros robos. Aunque lleguéis a ser ricos, no pongáis vuestra confianza en el dinero.


Dios es mi salvador; Dios es mi motivo de orgullo; él es quien me llena de fuerza. ¡Dios es mi refugio!


Los que formáis su pueblo, confiad siempre en Dios. Contadle todos vuestros problemas, pues Dios es nuestro refugio.


Dios es un rey poderoso. Siempre está vigilando a las naciones para que nadie se rebele contra él.


Dios mío, tú eres nuestro rey. Has mostrado tu majestad, tu grandeza y tu poder. Has cimentado bien el mundo y jamás se moverá.


Confío en ti, Dios mío, y ya no tengo miedo porque tú eres mi fuerza, mi salvación y mi alegría».


Tú, Israel, te has olvidado de Dios que es tu protector y salvador. Has cultivado hermosos huertos en honor de dioses extranjeros.


Vosotros, en cambio, entonaréis canciones como en una noche de fiesta; tendréis el corazón alegre, como los que caminan al ritmo de las flautas. Subiréis al monte de Dios, pues él es nuestro refugio.


brindarán protección y refugio contra toda clase de peligros.


¡Ánimo, no tengáis miedo! Desde hace mucho tiempo os he anunciado estas cosas y vosotros sois mis testigos. No hay otro Dios fuera de mí, no hay otro Dios que os proteja. ¡Y si lo hay, yo no lo conozco!».


Pero al pueblo de Israel lo salvarás para siempre y nunca más se llenará de vergüenza ni volverá a ser humillado.


Entonces todos dirán: «Solo Dios puede dar la victoria». Los que se enfrentaron con él se llenarán de vergüenza, y volverán a obedecerle.


¿Hay alguno entre vosotros que respete a Dios y obedezca la voz de su siervo? Los que camináis en la oscuridad, sin un rayo de luz que os alumbre, poned en Dios vuestra confianza.


Ya se acerca mi liberación, mi salvación está en camino. ¡Con mi poder juzgaré a las naciones! Los pueblos de las costas lejanas han puesto su confianza en mi poder.


¿Quién es ese que llega desde Bosrá, la capital del reino de Edom, con las ropas teñidas de rojo? ¿Quién es ese que viene vestido de fiesta y avanza con una fuerza irresistible? Soy yo, el Dios de Israel, yo que anuncio la victoria y tengo poder para salvar.


El rey exclamó: —Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednegó, que envió a su ángel para salvarlos. Tanto confían ellos en su Dios, que no quisieron obedecer mis órdenes. Estaban dispuestos incluso a morir, antes que adorar a otro dios que no fuera el suyo.


Pero Jesús se acercó y les dijo: —Dios me ha dado todo el poder para que gobierne en el universo entero.


No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno».


Pero al prosperar, os olvidasteis de Dios; dando la espalda a vuestro Creador y rechazasteis la protección del Dios que os había salvado.


Él nos protege del mal. Es un Dios bueno y fiel, que siempre actúa con justicia.


Dios es el Dios eterno, y siempre te protegerá; pondrá en fuga a tus enemigos y te ordena que los destruyas.


Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.


Nuestro Dios es único. ¡Nadie se le compara! ¡No hay quien pueda protegernos como nos protege nuestro Dios!


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