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Hechos 7:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 Esteban respondió: —Hermanos israelitas y líderes de la nación: escuchadme. Dios, con toda su gloria, se apareció a nuestro antepasado Abrahán en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir en Jarán.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esteban dio la siguiente respuesta: —Hermanos y padres, escúchenme. Nuestro glorioso Dios se le apareció a nuestro antepasado Abraham en Mesopotamia antes de que él se estableciera en Harán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Esteban respondió: 'Hermanos y padres, escúchenme: El Dios glorioso se apareció a nuestro padre Abrahán mientras estaba en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir a Jarán,

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y él declaró: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que viviera en Harán,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Él respondió: 'Hermanos y padres, oíd: el Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán, cuando estaba en Mesopotamia, antes de que fijara su residencia en Jarrán,

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Hechos 7:2
29 Referans Kwoze  

Téraj salió de Ur de los caldeos y se dirigió a la tierra de Canaán, pero al llegar a Jarán se quedó a vivir allí, junto con su hijo Abrán, su nieto Lot y su nuera Saray.


Dios dijo a Abrán: —Deja a tu pueblo y a tus familiares, y vete al lugar que te voy a mostrar.


Jacob se acercó a los pastores que allí estaban y les preguntó de dónde eran. Cuando le dijeron que eran de Jarán,


Dios nuestro, tú elegiste a Abrán y lo sacaste de Ur, ciudad de los caldeos. Le cambiaste el nombre y lo llamaste Abrahán.


¿Y quién es este Rey poderoso? ¡Es el Rey poderoso, el Dios del universo!


¡Abrid las puertas de Jerusalén! ¡Dejad abiertas las antiguas entradas para que pase el Rey poderoso!


La voz de nuestro Dios, Dios de la gloria, retumba como el trueno sobre los grandes océanos.


Cuando mis antepasados destruyeron países como Gozán, Jarán, Résef, y a la gente de Edén que vivía en Telasar, ni sus dioses pudieron salvarlos.


Mirad, pues, el ejemplo que ellos os han dejado. Cuando yo llamé a Abrahán, él era uno solo, pero lo bendije y le di muchos hijos.


Con fuerte voz se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Dios del universo; ¡toda la tierra está llena de su poder!».


No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno».


—¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra para todos los que Dios ama!


Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único del Padre, que le ha llenado de gracia y de verdad.


Isaías escribió esto porque ya había visto el poder que Jesús iba a tener.


—Hermanos israelitas y líderes de nuestra nación, escuchadme y dejad que me defienda.


Apenas Pablo dijo eso, los fariseos y los saduceos comenzaron a discutir. La reunión no pudo continuar en paz, pues unos pensaban una cosa y otros otra.


El jefe de los sacerdotes le preguntó a Esteban: —¿Es verdad todo eso que dicen de ti?


Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si ellos lo hubieran entendido, no habrían crucificado a nuestro Señor, que es el Señor de la gloria.


Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre a quien pertenece la gloria, que os dé su Espíritu, para que seáis sabios y podáis entender cómo es Dios.


Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando regrese nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


El Hijo de Dios nos muestra el poder y la grandeza de su Padre. El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre y mediante su palabra poderosa hace que el universo siga existiendo. El Hijo de Dios logró que Dios perdonara nuestros pecados y después subió al cielo para sentarse a la derecha del trono de su Padre.


Abrahán tuvo fe en Dios, y por eso obedeció cuando Dios le ordenó que saliera del país en que vivía para ir a la tierra que le iba a dar en herencia, sin saber, además, adonde iba.


Hermanos míos, tenéis fe en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no debéis tratar a unas personas mejor que a otras.


Allí dijo a todo el pueblo: —Esto es lo que el Dios de Israel os dice: Hace mucho tiempo vuestros antepasados vivían en Mesopotamia y adoraban a otros dioses. Uno de vuestros antepasados fue Téraj, el padre de Abrahán y de Najor.


—Señor y Dios nuestro: tú mereces que te alaben, que te llenen de honores y que admiren tu poder. Porque tú creaste todo lo que existe; gracias a ti, todo fue creado.


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