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Hechos 23:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Pablo miró con atención a todos los de la Junta Suprema, y les dijo: —Hermanos israelitas, yo tengo la conciencia tranquila, porque hasta ahora me he comportado siempre bien ante Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Mirando fijamente al Concilio Supremo, Pablo comenzó: «Hermanos, ¡siempre he vivido ante Dios con la conciencia limpia!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pablo miró fijamente al Sanedrín y les dijo: 'Hermanos, hasta el día de hoy he actuado rectamente ante Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pablo, entonces, fijando los ojos en el Sanedrín, dijo: Varones hermanos: Yo, con toda buena conciencia me he conducido para con Dios hasta este día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Fija su vista en el sanedrín, Pablo dijo: 'Hermanos, yo he vivido con plena rectitud de conciencia ante Dios hasta este día'.

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Hechos 23:1
17 Referans Kwoze  

El que es bueno se siente seguro como un león, pero el malvado siempre huye aunque nadie lo persiga.


Pero ahora yo os aseguro que cualquiera que se enfade con otro también tendrá que ir a juicio; y el que insulte a otro será llevado ante la Junta Suprema; y el que maldiga a otro será arrojado al fuego del infierno.


—Hermanos israelitas y líderes de nuestra nación, escuchadme y dejad que me defienda.


Al día siguiente, el comandante de los soldados romanos mandó reunir a los sacerdotes principales y a los miembros de la Junta Suprema, pues quería saber exactamente de qué acusaban a Pablo. Luego ordenó que le quitaran las cadenas, que lo sacaran de la cárcel y que lo presentaran ante ellos.


El jefe de los sacerdotes y todos los líderes de nuestra nación saben bien que esto es cierto. Ellos mismos me dieron cartas para que mis amigos judíos de la ciudad de Damasco me ayudaran a atrapar más seguidores de Jesús. Yo fui a Damasco para traerlos a Jerusalén y castigarlos.


Ahora bien, este es nuestro plan: vosotros, y los demás judíos de la Junta Suprema, pedidle al comandante de los soldados romanos que traiga mañana a Pablo con la excusa de que deseáis investigar más acerca de él. Nosotros, por nuestra parte, estaremos listos para matarle antes de que llegue aquí.


El muchacho le dijo: —Unos judíos han hecho un plan para pedirte que lleves mañana a Pablo ante la Junta Suprema. Van a decirte que es para investigarlo con más cuidado.


Luego lo llevé ante la Junta Suprema de los judíos para saber de qué lo acusaban.


Cuando Pablo vio que algunos de los judíos de la Junta Suprema eran saduceos, y que otros eran fariseos, dijo en voz alta: —Hermanos israelitas, yo soy fariseo, y mis padres también lo han sido. ¿Por qué se me juzga? ¿Por creer en la resurrección de los muertos?


Por eso siempre trato de tener limpia la conciencia ante Dios y de estar en paz con los demás.


Cuando todos los de la Junta Suprema se fijaron en Esteban, vieron que su cara parecía la de un ángel.


Y aunque no recuerdo haber hecho nada malo, eso no significa que yo esté del todo libre de culpa. Pero el único que tiene derecho a juzgarme es Dios.


Nos satisface saber que nos hemos comportado bien y que hemos sido sencillos y sinceros con todos, especialmente con vosotros. Es algo que no hemos hecho guiados por nuestra propia sabiduría, sino apoyados en la ayuda de Dios, que nos ha dado su gracia.


No hacemos nada que sea vergonzoso ni actuamos a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos solo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros.


Mis familiares y yo hemos servido a Dios, y nadie puede acusarnos de nada malo. Siempre que oro, ya sea de día o de noche, te recuerdo y doy gracias a Dios por ti.


Orad por nosotros. Estamos seguros de que Dios no tiene nada contra nosotros, pues tratamos de portarnos bien en todo.


En cualquier caso, hacedlo con amabilidad y respeto. Portaos bien, como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de vuestra buena conducta sientan vergüenza de lo que dicen.


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