Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Hechos 21:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 En el viaje, bordeamos la costa sur de la isla de Chipre. Seguimos hacia la región de Siria y llegamos al puerto de Tiro, donde los marineros tenían que descargar algo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Divisamos la isla de Chipre, la pasamos por nuestra izquierda y llegamos al puerto de Tiro, en Siria, donde el barco tenía que descargar.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Divisamos la isla de Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos rumbo a Siria. Atracamos en Tiro, pues el barco debía dejar su carga en aquel puerto.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Al avistar Chipre, dejándola a babor, navegábamos hacia Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco tenía que descargar allí la mercancía.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria, hasta atracar en Tiro, donde la nave tenía que descargar su mercancía.

Gade chapit la Kopi




Hechos 21:3
22 Referans Kwoze  

Luego puso gobernadores sobre los sirios de Damasco, y también estos tuvieron que reconocer a David como rey y empezar a pagarle impuestos. Y Dios hacía triunfar a David por dondequiera que iba. David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Adadézer, y se los llevó a Jerusalén. También se llevó una gran cantidad de bronce de Betá y Berotay, ciudades que gobernaba Adadézer.


Has cautivado al rey con tu hermosura, pero él es tu señor y debes respetarlo.


Entre los pueblos que te conocen se encuentran Egipto y Babilonia, Tiro, Etiopía y Filistea. La gente de esas naciones dirá: «Todos han nacido en ella; el altísimo mismo, la ha fundado».


Al enterarse el rey Ajaz y la casa real de que los israelitas del norte se habían aliado con los sirios, tanto el rey como el pueblo se pusieron a temblar de miedo, como tiemblan las hojas de los árboles cuando sopla el viento.


—Habitantes de Corazín, ¡qué mal vais a acabar! ¡Y también los que vivís en Betsaida! Si los milagros ocurridos entre vosotros se hubieran hecho en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que los que viven allí habrían cambiado su manera de vivir. Se habrían vestido con ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento.


Jesús se hizo muy famoso en toda la región de Siria. La gente le traía personas que sufrían dolores y enfermedades, o que tenían demonios. También le traían a los que les daban ataques o que no podían caminar ni moverse, y a todos ellos los curó.


Jesús también dijo: —Habitantes del pueblo de Corazín, ¡qué mal vais a acabar! ¡Y también los que vivís en el pueblo de Betsaida! Si los milagros que hice entre vosotros los hubiera hecho entre los que viven en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que ellos se habrían convertido vistiéndose con ropas ásperas y echándose ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento.


En ese tiempo Quirinio era el gobernador de Siria, y fue el responsable de hacer este primer censo en la región de Palestina.


Después de la muerte de Esteban, se desencadenó una persecución contra los seguidores de Jesús. Por eso muchos de ellos huyeron a la región de Fenicia, a la isla de Chipre y a la ciudad de Antioquía. En todos esos lugares, anunciaron la buena noticia de Jesús solamente a la gente judía.


Herodes Agripa estaba muy enfadado con los habitantes de Tiro y de Sidón. Por eso un grupo de personas de esas ciudades fue a ver a Blasto, que era mayordomo del rey, y le dijeron: —No queremos enfrentarnos con Herodes, sino llegar a una solución pacífica ya que nuestra gente recibe alimentos procedentes de su territorio.


Enviados, pues, por el Espíritu Santo, Bernabé y Saulo se fueron primero a la región de Seleucia y allí tomaron un barco que los llevó a la isla de Chipre.


Con ellos mandaron esta carta: «Nosotros, los apóstoles y los demás hermanos líderes saludamos a todos los hermanos no judíos que vivís en las regiones de Antioquía, Siria y Cilicia.


Pablo y Bernabé no pudieron ponerse de acuerdo y, después de una fuerte discusión, terminaron por separarse. Bernabé y Marcos tomaron un barco y se fueron a la isla de Chipre.


y recorrieron las regiones de Siria y Cilicia, animando en la fe a los miembros de las iglesias.


Pablo se quedó todavía bastante tiempo en la ciudad de Corinto. Después se despidió de los miembros de la comunidad cristiana y embarcó rumbo a la región de Siria. Priscila y Áquila lo acompañaron. Cuando llegaron a Cencreas Pablo se rapó todo el pelo porque había hecho una promesa a Dios.


acompañados de algunos de los discípulos de Jesús pertenecientes a la iglesia de Cesarea. Nos llevaron a la casa de un hombre llamado Mnasón, natural de la isla de Chipre, que hacía mucho tiempo que creía en Jesús.


En Pátara encontramos un barco que iba hacia Fenicia, y nos embarcamos en él.


Seguimos nuestro viaje desde Tiro hasta el puerto de Tolemaida. Allí saludamos a los hermanos creyentes, y ese día nos quedamos con ellos.


Cuando salimos de Sidón, tuvimos que navegar con el viento en contra. Ello nos obligó a acercamos a la costa de la isla de Chipre para protegernos del viento.


Esto también lo hizo un hombre de la tribu de Leví, que había nacido en la isla de Chipre. Se llamaba José, pero los apóstoles le conocían como Bernabé, que significa «El que consuela a otros».


Los israelitas volvieron a pecar contra Dios adorando a Baal y Astarté, y también a los dioses de los sirios, de los sidonios, de los moabitas, de los amonitas y de los filisteos. Abandonaron a Dios y dejaron de adorarlo.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite