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Hechos 2:5 - Biblia Lenguaje Básico

5 Por aquel tiempo vivían en Jerusalén muchos judíos que amaban a Dios y que habían llegado de todas las naciones del mundo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 En esa ocasión, había judíos devotos de todas las naciones, que vivían en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Estaban de paso en Jerusalén judíos piadosos, llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y había en Jerusalem hombres judíos piadosos, provenientes de toda nación debajo° del cielo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Paraban entonces en Jerusalén judíos devotos procedentes de todos los países que hay bajo el cielo.

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Hechos 2:5
17 Referans Kwoze  

Durante la cosecha celebrarás dos fiestas. La primera será cuando recojas los primeros frutos de tus siembras, y la segunda será cuando termines de cosechar todo lo que hayas sembrado, es decir, al terminar el año.


«Yo mismo reuniré a todas las gentes y naciones para que vengan y vean mi poder.


El Dios todopoderoso también me dio este mensaje: Habitantes de Judá: amad la paz y la verdad. Así convertiréis en día de fiesta y en momentos de alegría los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo. Porque esto es lo que os digo yo, que soy el Dios todopoderoso:


El fin del mundo llegará cuando la buena noticia del reino de Dios sea anunciada en toda la tierra, y todo el mundo la haya escuchado.


Cuando yo, el Hijo del hombre, venga, todos me verán. Mi venida será como un relámpago que alumbra todo el cielo.


En ese tiempo vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que obedecía a Dios y era muy piadoso. Vivía esperando que Dios libertara al pueblo de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón,


y uno de ellos, llamado Cleofás, dijo a Jesús: —¿Eres tú el único en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado estos días?


Entre las personas que habían ido a Jerusalén con motivo de la fiesta de la Pascua, había unos griegos.


Cornelio era un hombre muy religioso y, junto con toda su familia adoraba a Dios. Además, Cornelio ayudaba mucho a la gente necesitada del pueblo, y oraba continuamente a Dios.


En cuanto el ángel que le había hablado se fue, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes y a un soldado de su confianza que era un hombre religioso,


Pero los judíos hablaron con las mujeres más respetadas y religiosas de la ciudad, y también con los hombres más importantes, y los convencieron para perseguir a Pablo y a Bernabé y echarlos fuera de esa región.


El día de la fiesta de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.


Allí había un hombre llamado Ananías, que cumplía fielmente la ley de Moisés. La gente de Damasco hablaba muy bien de él.


Felipe obedeció. En el camino se encontró con un hombre que era ministro de Candace, reina de Etiopía, país en donde era muy importante, pues era el tesorero de la reina. Este ministro había ido a Jerusalén a adorar a Dios, y ahora volvía a su país. Iba sentado en su carro, leyendo el libro del profeta Isaías.


También nos prometió que, a partir de entonces, todos los pueblos de la región nos tendrían miedo. ¡Con solo oír hablar de nosotros se llenarían de espanto y angustia!


Pero para ello, es necesario que mantengáis vuestra fe en Cristo y no dejéis de confiar en el mensaje de la buena noticia. Este es un mensaje que ha sido anunciado por todo el mundo y del que yo, Pablo, soy servidor.


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