Génesis 8:1 - Biblia Lenguaje Básico

¹ Dios tuvo compasión de Noé y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en el arca. Por eso hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el barco. Envió un viento que soplara sobre la tierra, y las aguas del diluvio comenzaron a retirarse.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Entonces ’Elohim se acordó de Noé y de todo ser vivo, y de todos los animales que estaban con él en el arca. Y ’Elohim hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas decrecieron.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Se acordó Dios de Noé, de todos los animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca. Entonces hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y fueron decreciendo las aguas.

Génesis 8:1 Referans Kwoze

Génesis 19:29

Fue así como Dios destruyó las ciudades del valle. Pero se acordó de Abrahán y salvó a Lot de la terrible destrucción que acabó con las ciudades en que Lot había vivido.

Génesis 30:22

Pero Dios tuvo compasión de Raquel y respondiendo a sus oraciones, hizo que quedara embarazada

Génesis 9:10

Este pacto incluye a todas las aves y a todos los animales domésticos y salvajes que estaban con vosotros en el arca.

Nehemías 13:14

A continuación supliqué a Dios: —¡Dios mío, toma en cuenta esto que acabo de hacer y no te olvides de todo lo bueno que he hecho por tu Templo y por el culto!

Nehemías 13:22

Luego ordené a los levitas que se purificaran y fueran a vigilar las puertas para que se respetaran los sábados. Y supliqué a Dios: «¡Dios mío, tampoco olvides esto que he hecho! Ya que eres tan bueno, ¡ten compasión de mí!».

Nehemías 13:29

«¡Dios mío, castiga a aquellos sacerdotes y levitas que no han respetado el pacto que hicieron contigo!».

Nehemías 13:31

Organicé también a los que traían la leña, para que lo hicieran en las fechas indicadas, y organicé la entrega de los primeros frutos. Luego supliqué a Dios: «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y trátame bien!».

Job 12:15

Si él quiere que no llueva, todo en el campo se seca; pero si decide que llueva sin parar, la tierra entera se inunda.

Job 14:13

¡Mejor sería que me escondieras en la tumba hasta que pase el ardor de tu ira, fijando una fecha para acordarte de mí!

Salmos 105:42

Recordó Dios la promesa que había hecho a Abrahán, su siervo,

Salmos 106:4

Acuérdate, oh Dios, de mí pues eres bondadoso con tu pueblo; ¡dame tu salvación!

Salmos 115:12

Dios se acuerda de nosotros y nos llena de bendiciones: Bendice a los israelitas, bendice a los sacerdotes,

Salmos 132:1

Cántico para las peregrinaciones. Dios mío, acuérdate de David y de todos sus sufrimientos.

Salmos 136:23

Dios no se olvidó de nosotros cuando nos vio derrotados, porque nunca deja de amarnos.

Salmos 137:7

El día que Jerusalén cayó, los edomitas gritaban: «¡Acabad con la ciudad! ¡Que no quede rastro de ella!». ¡Dios mío, no te olvides de esos gritos!

Salmos 36:6

Dios mío, tu amor es tan grande que llega hasta el cielo; tan grande es tu bondad que llega hasta las nubes.

Éxodo 14:21

Moisés, entonces, extendió su brazo sobre el mar, y Dios hizo que un fuerte viento soplara durante toda la noche. El viento partió el mar en dos, y en medio dejó un camino de tierra seca.

Éxodo 15:10

Pero tú soplaste con fuerza y los hundiste en el mar. ¡En medio de las aguas poderosas se hundieron como plomo!

Éxodo 2:24

Pero Dios vio sus sufrimientos, escuchó sus gritos de dolor y se acordó del pacto que había hecho con los antepasados de los israelitas, es decir, con Abrahán, Isaac y Jacob.

Proverbios 25:23

El viento del norte hace llover, las malas lenguas provocan la ira.

Isaías 44:27

Yo puedo hacer que el océano se quede seco y que los ríos se queden sin agua.

Jeremías 50:38

Tantos ídolos hay en Babilonia que la gente ha perdido la razón.

Amós 8:7

Pero yo soy el Dios de Israel, y os juro por mi honor que no olvidaré vuestras malas acciones.

Jonás 4:11

¿No crees que debo preocuparme y tener compasión por la ciudad de Nínive? En esta gran ciudad viven ciento veinte mil niños y hay además mucho ganado.

Nahúm 1:4

Si reprende al mar y a los ríos, estos se quedan secos por completo; entonces se marchitan las flores del Líbano, se debilitan los campos de Basán y el monte Carmelo.

Habacuc 3:2

¡Dios mío, he oído tu mensaje y sé bien todo lo que has hecho; por eso tiemblo en tu presencia! Déjanos ver en nuestros días tus grandes hechos de otros tiempos; si te enfadas con nosotros, no dejes de tenernos compasión.

Zacarías 10:11

Volverán a cruzar el mar, donde pasaron angustia, pero yo golpearé las olas del mar y secaré por completo el río Nilo. Yo acabaré con el poder de Egipto, y pondré fin al orgullo de Asiria.

Números 10:9

Cuando estéis en vuestra tierra y tengáis que salir a luchar contra alguien que os ataque, tocad las trompetas y gritad con todas vuestras fuerzas. Entonces yo, que soy vuestro Dios, me acordaré de vosotros y os libraré de vuestros enemigos.

Números 22:32

y el ángel de Dios le dijo: —¿Por qué has golpeado a tu burra tres veces? Yo fui quien te cerró el camino, porque no me parece bien que vayas a Moab.

Apocalipsis 16:19

El terremoto partió en tres la gran ciudad de Babilonia y las restantes ciudades del mundo se derrumbaron. Y es que no se olvidó de Babilonia, sino que, lleno de ira, la castigó terriblemente.

Apocalipsis 18:5

Son tantos sus pecados que llegan hasta el cielo. ¡Dios no se ha olvidado de ninguno de ellos!

1 Samuel 1:19

A la mañana siguiente, Elcaná y su familia fueron al santuario para adorar a Dios, y después regresaron a su casa en Ramá. Tiempo después, Elcaná y su mujer Ana tuvieron relaciones sexuales, y Dios hizo