Génesis 50:11 - Biblia Lenguaje Básico11 Cuando los cananeos que vivían allí vieron lamentarse a los egipcios, dijeron: —Realmente es grande el dolor de los egipcios. Por eso al campo de Atad, que está al otro lado del Jordán, le pusieron el nombre de «Campo de las lágrimas egipcias». Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196011 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente11 Los cananeos que vivían en ese lugar los observaron lamentarse en el campo de trillar de Atad, y luego cambiaron el nombre del lugar (situado cerca del Jordán); lo llamaron Abel-mizraim, porque dijeron: «Este es un lugar de gran lamento para estos egipcios». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)11 Los cananeos que vivían allí, al ver los funerales que se hacían en Gorén-Atad, se dijeron: 'Estos son unos funerales muy solemnes de los egipcios. Por eso aquel lugar se llamó Abel-Misraim (o sea, duelo de los egipcios) y está al otro lado del Jordán. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion11 Los habitantes de aquella tierra, los cananeos, vieron entonces el duelo en la era de Atad, y dijeron: Duelo honorable de los egipcios es éste. Por tanto, llamaron su nombre Abel-mizraim,° el cual está al otro lado del Jordán. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197511 Cuando los moradores de la tierra, los cananeos, vieron el llanto en la era de Atad, dijeron: 'Gran duelo es éste de los egipcios'. Por eso se le llamó Abel Misráin a aquel lugar, que está al otro lado del Jordán. Gade chapit la |
No agradó a Jacob el comportamiento de sus hijos Simeón y Leví, y les dijo: —Con lo que habéis hecho, me habéis traído muchos problemas. Ahora los cananeos y los fereceos que habitan en esta tierra no van a querer ni verme. Nosotros somos pocos, y si la gente de esta tierra se une contra nosotros, acabarán por matarnos a todos.
En cuanto al número de figuras de oro imitando las ratas, era igual al total de las ciudades filisteas de aquellos cinco jefes, contando tanto las ciudades fortificadas como las aldeas sin murallas. Por lo que respecta a la gran piedra sobre la que colocaron el Arca del pacto de Dios, se conserva hasta el día de hoy en el campo de Josué, el de Bet Semes, como testimonio de todo esto.