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Génesis 44:8 - Biblia Lenguaje Básico

8 Sabes que desde nuestra tierra trajimos de vuelta el dinero que encontramos en nuestros sacos. ¿Por qué habríamos de robar el oro y la plata de tu señor?

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Biblia Reina Valera 1960

8 He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¿Acaso no devolvimos el dinero que encontramos en nuestros costales? Lo trajimos de vuelta desde la tierra de Canaán. ¿Por qué robaríamos oro o plata de la casa de su amo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Si te trajimos desde Canaán la plata que encontramos en nuestras bolsas, ¿cómo íbamos ahora a robar oro y plata de la casa de tu señor?

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 He aquí, la plata que hallamos en la boca de nuestros costales, te la volvimos a traer desde la tierra de Canaán, ¿cómo, pues, hurtaríamos de la casa de tu señor plata u oro?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Desde la tierra de Canaán te hemos devuelto el dinero que encontramos en la boca de nuestros sacos. ¿Cómo, pues íbamos a robar oro ni plata de la casa de tu amo?

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Génesis 44:8
12 Referans Kwoze  

pero se decían unos a otros: —Sin duda que estamos recibiendo nuestro merecido por lo que le hicimos a nuestro hermano. Cuando, lleno de angustia, nos pedía que tuviéramos piedad de él, no le hicimos caso. Ahora estamos pagando las consecuencias.


Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su saco para dar de comer a su burro, y vio que su dinero estaba en el saco. Enseguida dijo a sus hermanos:


Cuando comenzaron a vaciar sus sacos, se encontraron con que en cada uno de ellos estaba su dinero. Al ver las bolsas de dinero, tanto ellos como su padre se asustaron mucho.


pero ellos se asustaron mucho y pensaron: —Este hombre nos ha traído a su casa por el dinero que nos devolvió en el primer viaje. Lo que quiere es acusarnos, condenarnos, hacernos sus esclavos y quedarse con nuestros burros.


Pero ellos le respondieron: —¿Por qué nos dices todo eso? Nosotros jamás haríamos algo así.


El joven preguntó: —¿Qué mandamientos? Jesús le dijo: —No mates; no seas infiel en tu matrimonio; no robes; no mientas haciendo daño a otra persona;


En la ley hay mandatos como estos: «No seáis infieles en el matrimonio. No matéis. No robéis. No os dejéis dominar por el deseo de tener lo que otros tienen». Estos mandamientos, y todos los demás, pueden resumirse en uno solo: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo».


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