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Génesis 39:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 A José le fue muy bien en la casa de su amo egipcio, pues Dios estaba con él.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en la casa de su amo egipcio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yavé estuvo con José, y le fue bien en todo; y se quedó en casa del egipcio, su amo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero YHVH estaba con José,° y llegó a ser varón próspero y estaba en la casa de su señor el egipcio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Favorecido por Yahveh, José alcanzó éxito en todo mientras estuvo en la casa de su señor, el egipcio.

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Génesis 39:2
32 Referans Kwoze  

Cuando el niño creció, se quedó a vivir en el desierto de Parán, y su madre lo casó con una mujer egipcia. Estando en el desierto aprendió a manejar bien el arco y las flechas y Dios le brindó siempre su ayuda.


Por esos días, Abimélec fue a visitar a Abrahán. Lo acompañó Picol, que era el capitán de su ejército. Al llegar, Abimélec dijo a Abrahán: —He visto que Dios te ayuda en todo lo que haces.


Esa misma noche Dios se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, y por él te voy a bendecir y aumentaré el número de tus descendientes. No tengas miedo, pues yo estoy contigo, te ayudaré en todo.


Y ellos le contestaron: —Ya hemos visto que Dios está de tu parte. Por eso queremos hacer un pacto contigo bajo juramento.


Yo estaré contigo y no te abandonaré hasta cumplir lo que te he prometido. Te cuidaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra.


El carcelero no tenía que vigilar a José, porque Dios le ayudaba y hacía que todo le saliera bien.


Potifar vio que Dios ayudaba a José y hacía que todo le saliera bien.


Por eso Dios siempre lo ayudaba y hacía que le fuera bien en todo. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a estar bajo su dominio.


En aquellos tiempos, el jefe de estos guardianes había sido Finés, hijo de Eleazar, al que Dios siempre ayudaba.


Salomón, el hijo de David, se convirtió en un rey muy poderoso gracias a que Dios estuvo con él y lo engrandeció.


Son como árboles plantados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!


¡Dejad ya de pelear! —dice Dios—; reconoced que yo soy Dios y que estoy por encima de las naciones y de todos los pueblos de la tierra.


Cuando Dios deja oír su voz, se asustan las naciones, se tambalean los reinos y se estremece la tierra.


Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,


Por tanto, no tengáis miedo, pues yo soy vuestro Dios y estoy a vuestro lado. Mi mano victoriosa os dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre os dará su apoyo.


Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás a través del fuego y no te quemarás


Yo haré que seas para este pueblo como un fuerte muro de bronce. Los malvados pelearán contra ti, pero no te podrán vencer, porque yo estaré contigo para librarte de su poder. ¡Yo te salvaré de esos tiranos! Soy yo, Dios, quien lo asegura.


El etíope le respondió: —¿Y cómo voy a entenderlo, si no hay quien me lo explique? Dicho esto, invitó a Felipe a que subiera a su carro y se sentara a su lado.


Los miembros de la comunidad que aún sean esclavos deben respetar en todo a sus amos, para que nadie hable mal de Dios ni de las enseñanzas cristianas.


Nadie podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré, de la misma manera que ayudé a Moisés. Nunca te fallaré ni te abandonaré.


Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios y te ayudaré por dondequiera que vayas.


Dios ayudó a Josué en todo lo que hizo, y fue famoso en todo el país.


Uno de ellos le dijo: —Yo conozco a uno. Se llama David y es hijo de Jesé, el que vive en Belén. Toca muy bien el arpa y es también un guerrero muy valiente; además, sabe hablar bien y es muy guapo. ¡Y Dios siempre lo ayuda!


Cuando Saúl comprobó que Dios protegía a David y que su hija Mical lo amaba de verdad,


Samuel seguía creciendo, y Dios lo cuidaba. También le daba mensajes en el santuario de Siló, y Samuel se los comunicaba a todo el pueblo. Todo lo que Dios prometía por medio de Samuel, se cumplía. Por eso en todo Israel, la gente confiaba plenamente en las palabras de Samuel.


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