5 luego levantaron el campamento. Un miedo sobrenatural se apoderó de los habitantes de las ciudades vecinas, de tal manera que nadie se atrevió a perseguirlos.
No agradó a Jacob el comportamiento de sus hijos Simeón y Leví, y les dijo: —Con lo que habéis hecho, me habéis traído muchos problemas. Ahora los cananeos y los fereceos que habitan en esta tierra no van a querer ni verme. Nosotros somos pocos, y si la gente de esta tierra se une contra nosotros, acabarán por matarnos a todos.
Ellos entregaron a Jacob todos aquellos ídolos, y también los aretes que llevaban como amuletos. Entonces Jacob los enterró bajo la encina que hay en Siquén.
Un gran pánico causado por Dios se apoderó de las ciudades cercanas a Guerar, de manera que los de Judá se aprovecharon de ello para quitar a esa gente sus abundantes riquezas.
Cuando llegues al país de Canaán, haré que sus habitantes se llenen de miedo y huyan. Y antes de que llegues, enviaré avispas, para que ataquen a tus enemigos.
Yo expulsaré a las demás naciones, para que dispongáis de más territorio y nadie podrá adueñarse de vuestro territorio cuando vengáis a adorarme esas tres veces al año.
También nos prometió que, a partir de entonces, todos los pueblos de la región nos tendrían miedo. ¡Con solo oír hablar de nosotros se llenarían de espanto y angustia!
La noticia de que Dios había secado las aguas del Jordán llegó hasta los reyes de los amorreos que habitaban al oeste del Jordán, y hasta los reyes de los cananeos que ocupaban la región costera. Cuando se enteraron de que todo el pueblo de Israel había cruzado el río a pie, les entró mucho miedo y no querían enfrentarse a él.
Tomó entonces dos toros y los partió en pedazos luego envió por todo Israel, los pedazos de los toros por medio de mensajeros que dijeran: —Así despedazaré el ganado de quienes no se unan a mí y a Samuel en esta guerra. Dios hizo que los israelitas se llenaran de miedo, así que todos se prepararon para la guerra.
Además, Dios hizo que temblara la tierra por lo que se produjo un gran pánico tanto en el campamento y el ejército filisteo, como entre la gente de toda la región.