Génesis 34:27 - Biblia Lenguaje Básico27-29 Luego vinieron los otros hijos de Jacob, pisotearon los cadáveres y robaron todo lo que había en la ciudad. Se llevaron ovejas, vacas, burros y todo lo que encontraron a su paso tanto en la ciudad como en el campo. También entraron en las casas y las saquearon, llevándose además sus mujeres y sus niños. Así vengaron la violación de su hermana Dina. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196027 Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente27 Mientras tanto, los demás hijos de Jacob llegaron a la ciudad. Al encontrar masacrados a los hombres, saquearon la ciudad, porque allí habían deshonrado a su hermana. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)27 Los demás hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían violado a su hermana. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197527 Los hijos de Jacob cayeron sobre los cadáveres y saquearon la ciudad, porque allí había sido deshonrada su hermana. Gade chapit la |
En cuanto a los otros judíos que vivían en las provincias del rey, ya se habían reunido el día trece del mes de Adar para defenderse y librarse de sus enemigos. Ese día mataron a setenta y cinco mil de sus enemigos, pero no se adueñaron de sus pertenencias. El día catorce descansaron y se dedicaron a celebrar su victoria.
Por lo tanto, esto os dice Dios: Un ejército enemigo vendrá a Samaría y la rodeará para conquistarla; derribará sus fortalezas y dejará vacíos sus palacios. Cuando un león ataca las ovejas, el pastor lucha por salvarlas, pero solo alcanza a rescatar dos patas o un pedazo de oreja; pues eso mismo os pasará a vosotros, israelitas que vivís en Samaría, y descansáis en cómodas camas y lujosos sillones: apenas nada podréis llevaros los que logréis escapar.
En la familia de Céraj, que formaba parte de la tribu de Judá, había un hombre llamado Acán, hijo de Carmí y nieto de Zabdí. Este hombre no obedeció el mandato que Dios había dado al pueblo. Dios les había ordenado destruir por completo la ciudad de Jericó, pero Acán se quedó con algunas de las cosas que debía haber destruido. Por eso Dios se enfadó contra los israelitas.