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Génesis 30:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Cuando Raquel se dio cuenta de que no podía tener hijos, se puso celosa de su hermana. Por eso le dijo a Jacob: —Si no me das hijos, ¡me muero!

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Biblia Reina Valera 1960

1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando Raquel vio que no podía darle hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana. Le rogaba a Jacob: —¡Dame hijos o moriré!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Raquel, viendo que no daba hijos a Jacob, se puso envidiosa de su hermana y dijo a Jacob: 'Dame hijos, porque si no, me muero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos Raquel de su hermana y decía a Jacob: ¡Dame hijos o me muero!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y decía a Jacob: 'Dame hijos o me muero'.

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Génesis 30:1
26 Referans Kwoze  

Como Dios vio que Jacob apreciaba menos a Lía, permitió que ella tuviera hijos; en cambio a Raquel no se lo permitió.


Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños.


y anduvo durante un día entero por el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: —¡Ya no aguanto más, Dios mío! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.


Si alguien quiere discutir conmigo, yo me limitaré a callar y a esperar que llegue la muerte.


Hubiera sido mejor nacer muerto o morir en el momento de nacer. ¡Así nadie me habría abrazado ni me habría amamantado, y ahora estaría descansando en paz!


Solo los tontos y necios se mueren de celos y envidia.


Cuando estaban en el desierto, los que seguían a Datán y a Abirán sintieron envidia de Moisés y también de Aarón, a quien Dios había elegido; pero se abrió la tierra y se tragó a todos los rebeldes;


La mente sana da vida al cuerpo; la envidia lo destruye por completo.


la tumba que pide más muertos, la mujer estéril que desea tener hijos, la tierra que pide más agua y el fuego que nunca se sacia.


También vi que todos trabajan y buscan progresar solo para tener más que los otros. Pero tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento.


Si vas a seguir tratándome así, mejor quítame la vida. Hazme ese favor y no prolongues por más tiempo mi sufrimiento.


Pero Moisés le respondió: —No seas celoso ni envidioso. Ya quisiera yo que todo el pueblo de Dios recibiera su espíritu y profetizara.


Cuando llegaron a Jesús estas noticias, salió de la región de Judea y regresó a Galilea.


pues seguís viviendo como la gente pecadora de este mundo. Tenéis celos los unos de los otros y os peleáis entre vosotros. Porque, cuando uno dice: «Yo soy seguidor de Pablo», y otro contesta: «Yo lo soy de Apolo», estáis actuando como la gente de este mundo.


Cuando Dios os ponga tristes, no lo lamentéis, pues esa tristeza hará que cambiéis y que pidáis perdón y os salvéis. Pero la tristeza provocada por las dificultades de este mundo puede causar la muerte.


Son envidiosos y hasta matan; se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas malas. Os advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen esto no formarán parte del reino de Dios.


Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y rebeldes y andábamos perdidos, siendo esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Éramos malvados y envidiosos y todo el mundo nos odiaba; incluso nosotros mismos nos odiábamos unos a otros.


Pero si lo hacéis todo por envidia o por ambición, no tendréis nada de qué sentiros orgullosos y faltaréis a la verdad.


¿Acaso no creéis que, como dice la Escritura, «Dios nos ama tanto que siente celos por nosotros»?


Ana estaba tan triste que no dejaba de llorar. Por eso oró a Dios


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