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Génesis 28:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Mi deseo es que el Dios todopoderoso te bendiga y te conceda tener muchísimos hijos, tantos que formen numerosas naciones.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Que el Dios Todopoderoso te bendiga y te conceda muchos hijos. ¡Y que tus descendientes se multipliquen y formen numerosas naciones!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Que el Dios de las Alturas te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ’El-Shadday te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El Sadday te bendiga, te haga fructificar y te multiplique, para que te conviertas en una muchedumbre de pueblos

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Génesis 28:3
23 Referans Kwoze  

los bendijo diciendo: —Reproducíos, multiplicaos, llenad la tierra y ponedla bajo vuestro dominio. Dominad a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los reptiles.


También voy a hacer que tengas muchos descendientes. Y así como nadie puede contar el polvo de la tierra, tampoco nadie podrá contarlos a ellos.


En cuanto lo que has pedido para Ismael, yo lo bendeciré con una descendencia innumerable. De sus descendientes saldrán doce príncipes y haré de él una gran nación.


La familia de Rebeca la despidió con esta bendición: —Querida hermana nuestra, deseamos que llegues a tener miles y miles de descendientes que lleguen a conquistar las ciudades de sus enemigos.


Esa misma noche Dios se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, y por él te voy a bendecir y aumentaré el número de tus descendientes. No tengas miedo, pues yo estoy contigo, te ayudaré en todo.


Isaac comenzó a temblar de pies a cabeza y dijo: —Entonces, ¿quién cazó un animal y me lo trajo? Yo comí de su plato antes de que tú llegaras y ya lo he bendecido. ¡Esa bendición no se la puedo quitar!


Allí también Dios le dijo: —Yo soy el Dios todopoderoso. Haré que tengas muchos descendientes, de los que saldrán reyes y muchas naciones.


A su segundo hijo lo llamó Efraín —que significa «fecundo»— porque dijo: «Dios ha permitido que yo tuviera hijos en este país donde he sufrido tanto».


Que el Dios todopoderoso haga que ese hombre tenga compasión de vosotros, y deje que Benjamín y su otro hermano regresen con vosotros. En cuanto a mí, si he de perder a todos mis hijos, tendré que aceptarlo.


Y le dijo a José: —El Dios todopoderoso se me apareció en Betel, una ciudad de Canaán. Allí me bendijo


y me hizo esta promesa: «Yo haré que tengas muchos hijos y que de tus descendientes surja una multitud de pueblos, y esta tierra será siempre de ellos».


Que el Dios de tu padre, el Dios que todo lo puede, te dé su ayuda y te bendiga. Te bendiga con bendiciones del cielo, con bendiciones del mar profundo, con bendiciones a las madres que tienen hijos y los alimentan.


Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: —Quiero que tengáis muchos hijos y que vuestros descendientes llenen la tierra.


Cántico de Salomón para las peregrinaciones. Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los que la construyen. Si Dios no vigila la ciudad, de nada sirve que se desvelen los que la vigilan.


Los hijos que tenemos son un regalo de Dios. Los hijos que se tienen son nuestra recompensa.


Pero, como habían tenido muchos hijos, sus descendientes llegaron a ser un pueblo muy fuerte y numeroso. ¡Por todo Egipto había israelitas!


Tus antepasados me conocieron con el nombre de Dios todopoderoso, pero no por mi verdadero nombre, que es Yo soy.


Yo seré para vosotros como un padre y vosotros seréis para mí como mis hijos y mis hijas. Esto lo afirmo yo, el Dios todopoderoso.


En la ciudad no vi ningún templo, porque su Templo son el Señor, el Dios todopoderoso, y el Cordero.


Ocurrió que ese día Boaz salió de Belén para vigilar el trabajo en sus campos. Cuando llegó al campo, saludó a los segadores: —¡Que Dios os cuide a todos! Y ellos respondieron: —¡Que Dios te bendiga también a ti!


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