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Génesis 27:29 - Biblia Lenguaje Básico

29 ¡Que todas las naciones te sirvan y te respeten! ¡Que tus propios parientes sean tus servidores, y te reconozcan como jefe! ¡Malditos sean los que te maldigan! ¡Benditos sean los que te bendigan!

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Biblia Reina Valera 1960

29 Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Que muchas naciones sean tus servidoras y se inclinen ante ti. Que seas el amo de tus hermanos, y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti. Todos los que te maldigan serán malditos, y todos los que te bendigan serán bendecidos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Que te sirvan los pueblos y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos, que los hijos de tu madre se inclinen ante ti. Sea maldito quien te maldiga, y bendito quien te bendiga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Pueblos te sirvan, Y naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, E inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, Y benditos los que te bendigan.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Sírvante los pueblos, prostérnense ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos sean los que te maldigan, benditos sean los que te bendigan'.

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Génesis 27:29
40 Referans Kwoze  

Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan. ¡Gracias a ti, bendeciré a todas las naciones de la tierra!


Jacob exigió a Esaú renunciar, bajo juramento, a sus derechos de hijo mayor. Esaú se lo juró,


Apenas había terminado Isaac de bendecir a Jacob, y de salir este de donde estaba su padre, cuando volvió Esaú del campo.


Isaac le respondió: —¿Y qué puedo hacer por ti, hijo mío? ¡Ya lo he nombrado jefe tuyo; ya he dicho que todos tus parientes estarán a su servicio, y le he asegurado que tendrá mucho trigo y mucho vino!


Defenderás tu vida con el filo de tu espada y estarás al servicio de tu hermano; pero cuando llegues a ser poderoso, te librarás de su dominio.


Cuando contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo regañó y le dijo: —¿Qué clase de sueño es ese? ¿Quieres decir que tu madre, tus hermanos y yo mismo vamos a ser tus esclavos?


soñé que estábamos en medio del campo, atando el trigo en manojos. De repente, mi manojo se levantó y se mantuvo derecho, mientras los vuestros lo rodeaban y se inclinaban ante él.


¡Que Dios haga más grande el territorio de Jafet, que aumente sus descendientes y viva junto con Sem en sus tiendas! ¡Los cananitas serán también sus esclavos!


Que extienda el rey su dominio de mar a mar y de oriente a occidente.


Esto dice también Dios a Israel: «Los campesinos de Egipto, los comerciantes de Etiopía y los habitantes de Sabá, que son todos muy altos, desfilarán ante ti y se volverán tus esclavos. Se arrodillarán ante ti y te dirán: "Solo en medio de ti está Dios; fuera de él no hay ningún otro Dios"».


Sus reyes serán tus tutores, sus princesas harán de niñeras. Se arrodillarán ante ti y te servirán; y tendrás que reconocer que yo soy Dios y no defraudo a los que confían en mí.


Así dice Dios, el libertador, el Santo de Israel: «Has sido despreciado Israel; has sido odiado por otros pueblos y ahora eres esclavo de esos tiranos. Pues yo haré que reyes y príncipes se inclinen y se humillen ante ti cuando te vean, porque yo, el Santo de Israel, te he elegido y cumpliré mi promesa».


Cualquier nación o reino que no se ponga a tu servicio será destruido por completo.


Los descendientes de tus enemigos vendrán y se humillarán ante ti; quienes antes te despreciaban se arrodillarán ante ti, Jerusalén, y te llamarán "Ciudad del Dios", "Ciudad del Santo de Israel".


Dios ha advertido a Israel que lo va a castigar. Todos han escuchado la advertencia, incluso los habitantes de Samaría, que dicen llenos de orgullo:


Pero ¿cómo podré yo maldecir a quien Dios no lo ha hecho? ¿Cómo desear yo desgracias a quien Dios ha bendecido?


Conquistará al país de Edom y aniquilará a todos sus enemigos, mientras Israel sale triunfante.


Como un león agazapado como leona que descansa después de atacar, así eres tú, Israel. Así eres tú, Israel. ¡Nadie se atreverá a molestarte! ¡Benditos quienes te bendigan! ¡Malditos quienes te maldigan!


Entonces, yo, el Rey, les diré: «Lo que hayáis hecho al más pequeño de aquellos que considero mis hermanos, es como si me lo hubierais hecho a mí».


Entonces les contestaré: «Cuando no ayudasteis ni siquiera a una de las personas menos importantes de este mundo, yo considero que tampoco me ayudasteis a mí».


En su manto y sobre el muslo, llevaba escrito este título: «Rey de reyes y Señor de señores».


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