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Génesis 23:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 Este precio le pareció bien a Abrahán, y le pagó a Efrón las cuatrocientas monedas de plata, siguiendo las reglas de los comerciantes.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Abraham estuvo de acuerdo con el precio sugerido por Efrón y pagó la cantidad total: cuatrocientas monedas de plata, pesadas según la norma de los comerciantes; y los ancianos hititas presenciaron la transacción.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Abrahán estuvo de acuerdo y pesó para Efrón, en presencia de los hititas, la plata que habían acordado: cuatrocientas piezas de plata, en monedas de mercader.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y atendió Abraham a Efrón. Y le pesó Abraham a Efrón la plata que había dicho a oídos de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata corriente entre los mercaderes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Abrahán llegó a un acuerdo con Efrón. Pesó Abrahán para Efrón, en presencia de los hijos de Het, el dinero convenido: cuatrocientos siclos de plata de buena ley entre comerciantes.

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Génesis 23:16
18 Referans Kwoze  

—Señor mío, el terreno vale cuatrocientas monedas de plata. Eso no es gran cosa ni para ti ni para mí. ¡Anda, entierra en él a tu mujer!


Y resulta que cuando nos detuvimos para pasar la noche, al abrir nuestros sacos cada uno de nosotros encontró allí su dinero, la cantidad exacta sin que nada faltara. Pero no sabemos quién lo pudo poner allí. Aquí lo traemos con nosotros; y también traemos más dinero para comprar más trigo.


Después de bendecirlos, Jacob dio a sus hijos las siguientes instrucciones: —Ya me falta poco para morir. Por favor, enterradme en la tumba de mis antepasados. Me refiero a la cueva y al campo que Abrahán compró a Efrón el hitita para enterrar a su mujer Sara. Allí están enterrados Abrahán e Isaac con su mujer Rebeca; y allí también enterré a Lía. Esa cueva está en Canaán, en el campo de Macpelá, cerca de Mamré.


El pelo se lo cortaba cada año, cuando ya lo tenía muy largo y le resultaba molesto; el pelo cortado pesaba más de dos kilos.


David le contestó: —No será así, sino que te compraré la era por su precio, pues no puedo ofrecer a Dios algo que no me haya costado nada. Así que David pagó a Arauna cincuenta monedas de plata por el terreno y por los bueyes.


Su precio no puede pagarse con todo el oro del mundo; no basta la plata mejor refinada ni las más valiosas piedras preciosas.


Como rescate de su vida, todos los israelitas mayores de veinte años que aparezcan en el censo, deberán dar cinco monedas de plata, según la tasación oficial del santuario. Ni los ricos darán más, ni los pobres darán menos.


Llamé a unos testigos, y delante de ellos le pagué y firmé la escritura de compra.


Así que le compré a mi primo el terreno y le pagué por él diecisiete monedas de plata.


Para las medidas de peso usad la medida básica de cinco kilos, que podrá dividirse en cincuenta y hasta mil unidades.


Luego les dije a los comerciantes: —Quiero que me paguéis mi sueldo. Pero si no queréis pagarme, no lo hagáis. Entonces ellos me pagaron treinta monedas de plata.


Tratad a los demás como quisierais ser tratados, porque eso nos enseñan la ley y los profetas.


Pero con el tiempo trasladaron sus restos a Siquén donde fueron enterrados en la tumba que Abrahán había comprado a los hijos de Emmor.


No debáis nada a nadie. La única deuda que debéis tener es la de amaros unos a otros. El que ama a los demás ya ha cumplido con todo lo que la ley exige.


Finalmente, hermanos, apreciad todo lo que es verdadero, todo lo que merece respeto, todo lo que es justo y bueno: apreciad también todo lo que merece ser amado y alabado; y dad importancia a todo lo que se reconoce como una virtud y a todo lo que es digno de elogio.


Y que nadie en este asunto se pase de la raya o se aproveche de su hermano. Ya os hemos advertido que el Señor castigará duramente a los que se comporten así.


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