Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Génesis 21:17 - Biblia Lenguaje Básico

17 Al oír Dios los gritos del niño, llamó a Agar desde el cielo y le dijo: —¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, pues he escuchado los gritos del niño.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo: «Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al muchacho, allí tendido en el suelo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Dios oyó los gritos del niño, y el Angel de Dios llamó desde el cielo a Agar y le dijo: '¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído al niño gritando de donde está.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

17 Pero ’Elohim oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque ’Elohim ha oído la voz del muchacho en donde está.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: '¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está.

Gade chapit la Kopi




Génesis 21:17
31 Referans Kwoze  

Después de esto, Dios se le apareció a Abrán en una visión y le dijo: —Abrán, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a premiarte generosamente.


Y el ángel de Dios añadió: —Ahora estás embarazada y vas a tener un hijo. Ponle por nombre Ismael, porque he escuchado tu llanto.


Cuando Agar llegó al manantial que está en el desierto, junto al camino del sur que lleva a Egipto, Dios salió a su encuentro por medio de un ángel


y le preguntó: —Agar, esclava de Saray, ¿qué haces aquí? ¿Adónde vas? Y ella contestó: —Estoy huyendo de mi dueña.


Entonces el ángel de Dios le dijo: —Es mejor que regreses con tu dueña y te sometas a ella. Yo haré que tengas tantos descendientes, que nadie podrá contarlos.


cuando oyó que Dios lo llamaba desde el cielo. Abrahán respondió: —Aquí estoy.


Cuando el Dios del cielo me pidió que dejara la casa de mi padre y mi país, me prometió bajo juramento que esta tierra se la daría a mis descendientes. Así que él enviará delante de ti a su ángel, para que encuentres allí una mujer para mi hijo.


Esa misma noche Dios se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, y por él te voy a bendecir y aumentaré el número de tus descendientes. No tengas miedo, pues yo estoy contigo, te ayudaré en todo.


Entonces Dios le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque yo voy a ir contigo. Te convertiré en una gran nación y te haré volver de nuevo a Canaán. Además, cuando mueras, José estará a tu lado.


Pero Dios se compadeció de los israelitas, y los ayudó, pues había hecho un pacto con Abrahán, Isaac y Jacob. Por eso no destruyó a Israel por completo y, hasta el momento presente, Dios ha seguido protegiendo a los israelitas.


Jazael destruyó el ejército de Joacaz y solo le dejó cincuenta jinetes, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería. Preocupado por esto, Joacaz oró a Dios, pues Jazael estaba haciendo sufrir mucho a los israelitas. En respuesta a su oración, Dios envió a un hombre que los libró del poder de los sirios, y así volvió a reinar la paz en los hogares israelitas. Sin embargo, los israelitas no dejaron de cometer los mismos pecados que la familia de Jeroboán había hecho cometer a Israel. Al contrario, continuaron pecando y no quitaron de Samaría la imagen de la diosa Astarté.


¡Llámame cuando tengas problemas! Yo vendré a liberarte, y tú proclamarás mi grandeza».


Es tanto lo que sufro que los ojos se me nublan y por culpa de mis enemigos estoy perdiendo la vista.


Dios mío, tú habitas en Sion y mereces nuestras alabanzas; mereces que cumplamos las promesas que te hacemos.


Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,


Moisés les respondió: —¡Tranquilos, no tengáis miedo! No os preocupéis, pues vais a ver cómo vuestro Dios os va a salvar. A esos egipcios que hoy estáis viendo, no volveréis a verlos nunca más, porque Dios luchará por vosotros sin que tengáis que hacer nada.


se encenderá mi ira contra vosotros y os quitaré la vida. Y entonces vuestras mujeres serán las viudas y vuestros hijos, los huérfanos.


No hables mal de los jueces, ni maldigas al jefe de tu pueblo.


Allí Dios se le apareció en medio de un arbusto que estaba ardiendo. A Moisés le sorprendió ver que el arbusto ardía, pero no se quemaba.


Pero Dios siguió diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel está sufriendo mucho en Egipto. He escuchado sus gritos pidiéndome ayuda y he visto cómo los egipcios los maltratan.


Palabra de Dios sobre el Valle de la Visión: «¿Qué pasa en Jerusalén? ¿Por qué todos suben a las azoteas?


Por tanto, no tengáis miedo, pues yo soy vuestro Dios y estoy a vuestro lado. Mi mano victoriosa os dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre os dará su apoyo.


Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de toda esta gente. Ya han estado conmigo tres días y no tienen comida. No quiero que se vayan sin comer, pues podrían desmayarse en el camino.


Jesús no hizo caso de lo que dijeron, sino que dijo a Jairo: —No tengas miedo, solamente ten fe.


Entonces le pedimos ayuda al Dios de nuestros antepasados, y él escuchó nuestros ruegos, pues vio lo que ellos nos hacían sufrir.


Cuando los de Dan oyeron los gritos, se dieron vuelta y preguntaron a Micaías: —¿Qué te pasa? ¿A qué vienen tantos gritos?


En ese momento Saúl volvía del campo con los bueyes y preguntó: —¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué llora? Cuando le contaron lo que pasaba en Jabés, el espíritu de Dios vino sobre él, y Saúl se enfureció.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite