2 De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro y se inclinó ante ellos tocando el suelo con la frente en señal de respeto,
2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
2 Entonces levantó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de allí. Cuando los vio, corrió a recibirlos, y se inclinó hasta el suelo en señal de bienvenida.
2 Y alzando sus ojos, miró, y he aquí tres varones erguidos frente a él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la puerta de su tienda y se postró a tierra,
2 Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda, se postró en tierra,
Al oír esto, Abrán se inclinó tocando el suelo con la frente en señal de respeto. Entonces Dios le dijo: —En este pacto que hago contigo, te prometo lo siguiente: De ti nacerán muchas naciones. Por eso ya no vas a llamarte Abrán, sino Abrahán, porque serás el padre de muchas naciones, y muchos de tus descendientes serán reyes.
Al caer la tarde, los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, y en cuanto los vio se levantó para saludarlos, hizo ante ellos una inclinación tocando el suelo con la frente en señal de respeto
Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a los que llegaban de todas partes.
Cuando José llegó a su casa, se inclinaron tocando el suelo con la frente y le entregaron los regalos que le habían llevado. Después de saludarlos, José les preguntó si su padre, del que le habían hablado, aún vivía. Ellos le respondieron: —Así es, nuestro padre, tu siervo, todavía vive y está bien de salud.
Cuando los profetas de la ciudad de Jericó vieron a Eliseo al otro lado del río, exclamaron: —Ahora Eliseo es el sucesor de Elías. Entonces fueron a su encuentro, se inclinaron delante de él en señal de respeto,
Cierto día, cuando todavía estaban acampados cerca de Jericó, Josué vio de pie, delante de él, a un hombre con una espada en la mano. Josué se acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
pero un día se le apareció un ángel que le dijo: —Aunque no has podido tener hijos, porque eres estéril, ahora vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo.
Entonces Rut, en señal de respeto, se inclinó tocando el suelo con la frente y preguntó a Boaz: —¿Por qué eres tan amable conmigo? ¿Por qué te preocupas tanto por mí, si soy una simple extranjera?