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Génesis 18:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 De pronto, levantó la vista y vio a tres hombres cerca de donde él estaba. Enseguida corrió a su encuentro y se inclinó ante ellos tocando el suelo con la frente en señal de respeto,

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces levantó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de allí. Cuando los vio, corrió a recibirlos, y se inclinó hasta el suelo en señal de bienvenida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Al levantar sus ojos, Abrahán vio a tres hombres que estaban parados a poca distancia. En cuanto los vio, corrió hacia ellos y se postró en tierra,

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y alzando sus ojos, miró, y he aquí tres varones erguidos frente a él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la puerta de su tienda y se postró a tierra,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda, se postró en tierra,

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Génesis 18:2
23 Referans Kwoze  

Al oír esto, Abrán se inclinó tocando el suelo con la frente en señal de respeto. Entonces Dios le dijo: —En este pacto que hago contigo, te prometo lo siguiente: De ti nacerán muchas naciones. Por eso ya no vas a llamarte Abrán, sino Abrahán, porque serás el padre de muchas naciones, y muchos de tus descendientes serán reyes.


Los visitantes se levantaron para seguir su camino hacia la ciudad de Sodoma. Abrahán los acompañó un trecho para despedirse de ellos.


Los visitantes de Abrahán lo dejaron y se fueron a Sodoma. Sin embargo, Abrahán se quedó ante Dios,


y les dijo: —Mi Señor, si crees que merezco esta visita, te ruego que no pases de largo y te quedes aquí un rato.


Al caer la tarde, los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, y en cuanto los vio se levantó para saludarlos, hizo ante ellos una inclinación tocando el suelo con la frente en señal de respeto


Pero Abrahán, con mucho respeto,


Abrahán se puso de pie y con mucho respeto,


Había salido aquella tarde a dar un paseo por el campo. De pronto, alzó la vista y vio que unos camellos se acercaban.


Luego, regresó solo al otro lado y allí luchó con un desconocido hasta que el sol salió.


Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a los que llegaban de todas partes.


Cuando José llegó a su casa, se inclinaron tocando el suelo con la frente y le entregaron los regalos que le habían llevado. Después de saludarlos, José les preguntó si su padre, del que le habían hablado, aún vivía. Ellos le respondieron: —Así es, nuestro padre, tu siervo, todavía vive y está bien de salud.


Cuando llegaron, José todavía estaba en su casa. Judá y sus hermanos se arrojaron a sus pies.


José retiró a sus hijos de las rodillas de su padre y se inclinó ante él tocando el suelo con la frente.


Cuando los profetas de la ciudad de Jericó vieron a Eliseo al otro lado del río, exclamaron: —Ahora Eliseo es el sucesor de Elías. Entonces fueron a su encuentro, se inclinaron delante de él en señal de respeto,


Compartid lo que tengáis con los creyentes. Recibid en vuestros hogares a los que vengan de otras ciudades y países.


No os olvidéis de recibir bien a los que lleguen a vuestras casas, pues de ese modo, algunos, sin darse cuenta, recibieron ángeles en su casa.


Cierto día, cuando todavía estaban acampados cerca de Jericó, Josué vio de pie, delante de él, a un hombre con una espada en la mano. Josué se acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?


Recibid con cariño en vuestra casa a los demás sin hablar mal de nadie.


pero un día se le apareció un ángel que le dijo: —Aunque no has podido tener hijos, porque eres estéril, ahora vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo.


Entonces Rut, en señal de respeto, se inclinó tocando el suelo con la frente y preguntó a Boaz: —¿Por qué eres tan amable conmigo? ¿Por qué te preocupas tanto por mí, si soy una simple extranjera?


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