13 Ya sabéis cómo era yo cuando pertenecía a la religión judía. Sabéis también con qué violencia hice sufrir a los miembros de las iglesias de Dios, y cómo hice todo lo posible para destruirlos.
13 Ustedes saben cómo me comportaba cuando pertenecía a la religión judía y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo posible por destruirla.
13 Ustedes han oído hablar de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la comunidad judía, y saben con qué furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla.
Saulo vio cómo mataban a Esteban y le pareció muy bien. Más tarde, unos hombres piadosos recogieron el cuerpo de Esteban, lo enterraron, y durante varios días lloraron su muerte. A partir de ese día, mucha gente comenzó a perseguir a los seguidores de Jesús que vivían en Jerusalén. Así que todos tuvieron que separarse y huir a otras regiones de Judea y de Samaría. Solamente los apóstoles se quedaron en Jerusalén.
Mientras tanto, Saulo seguía maltratando a los miembros de la Iglesia. Entraba a las casas, sacaba por la fuerza a hombres y mujeres, y los encerraba en la cárcel.
Todos los que le oían, decían asombrados: —¡Pero si es el mismo que en Jerusalén perseguía a los seguidores de Jesús! Precisamente vino a Damasco para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes.
Saulo se fue a la ciudad de Jerusalén, y allí trató de unirse a los seguidores de Jesús. Pero estos le tenían miedo, porque no estaban seguros de que en verdad se hubiera convertido en discípulo de Jesús.
Antes yo hablaba mal de Jesucristo y lo perseguía con violencia. Aun así, Dios fue misericordioso conmigo, pues yo todavía no creía en Cristo ni sabía lo que estaba haciendo.