5 Moisés contestó al faraón: —Muy bien, majestad. Dime cuándo quieres que ruegue a Dios por ti, por tus servidores y por tu pueblo, para que las ranas se retiren de tu palacio y se queden solo en el río.
5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto.
5 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Extiende la vara que llevas en la mano sobre los ríos, los canales y las lagunas de Egipto, y haz que aparezcan ranas sobre toda la tierra”».
5 Moisés le contestó: 'Indícame, por favor, cuándo tendré que rogar por ti, por tus servidores y tu pueblo, para que se alejen las ranas y que solamente haya en el Nilo.
5 Después YHVH dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los arroyos, sobre los canales y sobre los estanques, y haz que suban las ranas sobre la tierra de Egipto.
5 Respondió Moisés al Faraón: 'Dígnate decirme cuándo he de rogar por ti, por tus servidores y por tu pueblo, para que se alejen las ranas de ti y de tus casas, y no queden más que en el río'.
Así pues, Dios dijo a Moisés: —Manda a Aarón que tome su vara y que extienda su brazo sobre todos los ríos, arroyos, lagunas y depósitos de agua que hay en Egipto, para que se conviertan en sangre. Porque todas las aguas del país de Egipto, incluso el agua guardada en los recipientes de piedra y de madera, se convertirán en sangre.
El faraón, entonces, mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: —Pedid a vuestro Dios que aparte de mí y de mi pueblo las ranas, porque ya no las soportamos. Si lo hace, yo dejaré que el pueblo de Israel vaya a ofrecerle sacrificios.