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Éxodo 5:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Ese mismo día el faraón ordenó a los capataces y a los encargados de vigilar el trabajo:

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ese mismo día, el faraón dio la siguiente orden a los capataces egipcios y a los jefes de cuadrilla israelitas:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Aquel mismo día Faraón dio la siguiente orden a los capataces del pueblo y a sus secretarios israelitas:

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y aquel mismo día Faraón ordenó a los supervisores° del pueblo° y a sus caporales,° diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Aquel mismo día dio el Faraón esta orden a los capataces del pueblo y a los inspectores:

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Éxodo 5:6
14 Referans Kwoze  

El ejército de Ozías era muy poderoso, pues tenía un gran número de soldados, estaba bien organizado y tenía las mejores armas. El comandante Jananías ordenó al secretario Jejiel y al siervo Maasías que hicieran una lista de los soldados. Según esa lista, el ejército estaba organizado en varios grupos militares, y contaba con dos mil seiscientos cabezas de familias al mando de trescientos siete mil quinientos soldados fuertes y valientes, dispuestos a defender en todo momento al rey contra sus enemigos. Todos ellos estaban armados con escudos, lanzas, cascos, armaduras, arcos y hondas que Ozías mandó hacer. Además, Ozías ordenó a personas especializadas construir máquinas que pudieran disparar flechas y piedras grandes. Ellos las construyeron y las colocaron en las torres y en las esquinas de la muralla de Jerusalén. Dios hizo tan poderoso a Ozías que su fama se extendió por todas partes.


Para humillar a los israelitas, los egipcios los pusieron a las órdenes de capataces que los trataban con gran dureza mientras construían las ciudades de Pitón y Ramsés. En esas ciudades el faraón guardaba sus provisiones.


Pero Dios siguió diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel está sufriendo mucho en Egipto. He escuchado sus gritos pidiéndome ayuda y he visto cómo los egipcios los maltratan.


Los capataces y los encargados de vigilar el trabajo fueron a decirles a los israelitas: —El faraón nos manda que os digamos que ya no vamos a daros paja para hacer los ladrillos,


Esta respuesta del faraón significaba un gran problema para los encargados israelitas;


—En adelante no deis paja a los israelitas para los ladrillos que tienen que hacer. Dejad que vayan ellos a recogerla.


Los que son buenos se preocupan de cuidar a sus animales, pero los malvados de nadie tienen compasión.


Dios respondió a Moisés: —Escoge de entre el pueblo a setenta hombres de los más importantes de Israel, que tú sepas que son muy respetados. Llévalos a la Tienda del encuentro, y que esperen allí.


Por eso elegí a los hombres más sabios y de mayor experiencia y les di autoridad sobre vosotros. Unos tenían autoridad sobre mil hombres; otros, sobre cien; otros, sobre cincuenta; y otros, sobre diez. A otros los nombré gobernadores de vuestras tribus.


En todas las ciudades que os dé vuestro Dios y en cada tribu, nombraréis jueces y autoridades que deberán tratar a todos por igual. No romperéis las leyes y os portaréis con imparcialidad sin aceptar sobornos de nadie, pues los sobornos hacen que incluso una persona sabia y recta se corrompa.


Josué hizo reunir en Siquén a todas las tribus israelitas. Convocó a todas las autoridades de Israel para que se reunieran en presencia del Señor.


A Isaac le di dos hijos, que se llamaron Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seír; Jacob, en cambio, se fue a Egipto con su familia.


Entonces el pueblo de Israel junto con todos sus jefes y magistrados y también con los extranjeros que vivían entre ellos, se reunieron en dos grupos. Se pusieron uno frente al otro, teniendo entre ellos el Arca del pacto. Detrás de un grupo quedaba el monte Garizín, y detrás del otro, el monte Ébal. Junto al Arca estaban los sacerdotes descendientes de Leví. Moisés les había dicho que se colocaran así cuando los sacerdotes dieran la bendición al pueblo.


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