14 No te arrodillarás ante otro dios, pues Yavé lleva por nombre Celoso: él es un Dios celoso. No sea que te comprometas con la gente de aquellos países, que se prostituyen tras sus dioses y les ofrecen sacrificios.
Dios hará sufrir a Israel que será como una caña arrastrada por la corriente del río. Israel ha provocado la ira de Dios al fabricar imágenes de la diosa Astarté; pues bien, Dios lo abandonará y lo sacará de esta buena tierra que le dio en el pasado y lo dispersará más allá del río Éufrates. Todo esto pasará por culpa de Jeroboán, quien pecó contra Dios y también hizo pecar a Israel.
Él contestó: —Estoy deseando defender tu nombre, pues tú eres el Dios todopoderoso. El pueblo de Israel ha abandonado el pacto que tiene contigo, ha destruido tus altares y ha matado a tus profetas. Solo yo estoy vivo, pero me están buscando para matarme.
Pero Dios le respondió: —Yo soy bondadoso y compasivo con quien quiero serlo. Así que voy a mostrarte todo mi esplendor y voy a darte a conocer mi nombre.
Soy yo, el Dios excelso quien lo digo, yo que vivo por siempre; yo que vivo en un lugar alto y sagrado, pero que también estoy con los pobres y animo a los humildes y afligidos.
Él se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene.
Yo descargaré toda mi ira sobre ti, y ellos te maltratarán con gran crueldad: te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas; también te quitarán tus hijos y tus hijas, y a los que logren escapar los consumirá el fuego; a ti te cortarán la nariz y las orejas, y a quien quede vivo lo matarán. Así pondré freno a tus deseos sexuales y a la vida de prostituta que llevaste en Egipto y no buscarás más a los egipcios, ni volverás a acordarte de ellos. Yo soy tu Dios y he decidido entregarte en manos de esa gente que odias y que te da tanto asco.
Provocasteis la ira de Dios, adorando otros dioses y haciendo cosas odiosas. Se trataba de dioses falsos, dioses desconocidos para vuestros antepasados. A esos dioses recién llegados, que no eran sino demonios, ofrecisteis sacrificios.
Os habéis inventado un dios falso para provocar mis celos; pues bien, ahora seré yo quien provoque vuestros celos; os cambiaré por otro pueblo de gente insensata que ni siquiera son un pueblo.
y me dijeron: «No hay duda de que nuestro Dios nos ha dejado ver su poder y su grandeza. Hemos oído su voz, que salía de las llamas de fuego. Hoy hemos comprobado que Dios nos ha hablado y no hemos muerto.
Nuestro Dios es el Dios de Israel, y siempre os acompañará. Pero no tratéis de ponerlo a prueba, como lo hicisteis en Masá. Nuestro Dios es un Dios celoso y, si adoráis a otros dioses, se enfadará tanto que os destruirá.
Josué les dijo: —No es fácil estar siempre al servicio de nuestro Dios porque es un Dios que no acepta rivales y no tolerará vuestros pecados y rebeldías.
Dios os dijo que solo él era vuestro Dios y que no debíais dar culto a los dioses de los amorreos, en cuyo territorio ahora vivís. Pero no le hicisteis caso.