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Éxodo 32:20 - Biblia Lenguaje Básico

20 Luego fue y echó el becerro al fuego, lo molió hasta hacerlo polvo, mezcló el polvo con el agua y obligó a los israelitas a que lo bebieran.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Tomó el becerro que habían hecho y lo quemó. Luego lo molió hasta hacerlo polvo, lo arrojó al agua y obligó a los israelitas a que la bebieran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Después tomó el ternero que habían fabricado, lo quemó y lo machacó hasta reducirlo a polvo. Y dio de beber al pueblo agua con este polvo mezclado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Luego tomó el becerro que habían hecho y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, el cual esparció sobre la superficie de las aguas, y lo hizo beber a los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Después tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta reducirlo a polvo, lo disolvió en agua y se lo hizo beber a los israelitas.

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Éxodo 32:20
10 Referans Kwoze  

También le quitó a su abuela Maacá el título de reina madre, porque ella había hecho una imagen repugnante de la diosa Astarté. El rey Asá destruyó esa imagen y la quemó junto al arroyo Cedrón,


Luego fue a Betel donde derribó y quemó el altar que Jeroboán, hijo de Nabat, había construido allí haciendo pecar a los israelitas.


Además ordenó que sacaran del Templo de Dios la imagen de la diosa Astarté y la llevaran al arroyo Cedrón, en las afueras de Jerusalén. Allí la quemaron y arrojaron las cenizas a una fosa común.


Después de esto, Moisés le preguntó a Aarón: —¿Qué daño te ha hecho este pueblo, para que le hayas hecho cometer un pecado tan terrible?


Por eso recibiréis vuestro merecido y sufriréis las consecuencias de vuestras propias decisiones; vuestra necedad acabará por destruiros y vuestra falta de atención os perderá.


El necio se siente feliz con su mala conducta; la persona de bien lo es con sus buenas acciones.


Cuando hayáis derrotado a esos pueblos, deberéis quemar las imágenes de sus ídolos. Así no caeréis en la tentación de quedaros con el oro y la plata que los recubre, algo que Dios desaprueba totalmente.


Lo que vosotros debéis hacer es derribar los altares de esa gente y destruir y quemar los ídolos que adoran, especialmente las imágenes de la diosa Astarté.


Después tomé el ídolo que os habíais fabricado, lo quemé y eché las cenizas al torrente que bajaba del monte.


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