Éxodo 32:14 - Biblia Lenguaje Básico14 Entonces Dios se calmó y decidió no aplicar al pueblo el castigo con que le había amenazado. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196014 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente14 Entonces el Señor cambió de parecer en cuanto al terrible desastre con que había amenazado destruir a su pueblo. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)14 Así, pues, Yavé renunció a destruir a su pueblo, como lo había anunciado. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion14 Y desistió YHVH del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.° Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197514 Yahveh renunció entonces al castigo con que había amenazado a su pueblo. Gade chapit la |
El ángel de Dios estaba ya a punto de destruir Jerusalén, cuando David lo vio junto a la era de Arauna, el jebuseo. Exclamó entonces David al ver que la población estaba siendo aniquilada: —Dios mío, he sido yo quien ha hecho el mal, he sido yo el que ha pecado; el pueblo es inocente. Así que castígame a mí y a mi familia. Ante estas palabras se arrepintió Dios del daño que estaba haciendo al pueblo y dijo al ángel: —¡Basta ya! Que cese el castigo.
Luego mandó a un ángel para que destruyera Jerusalén. David miró y vio que el ángel de Dios estaba entre la tierra y el cielo, junto a la era de Ornán, el jebuseo; el ángel tenía en la mano una espada desenvainada que apuntaba hacia Jerusalén. David y los dirigentes del pueblo, que estaban vestidos con ropas de penitencia, se inclinaron tocando el suelo con la frente. Entonces David suplicó a Dios: —He sido yo quien ha ordenado hacer el recuento del pueblo; he sido yo el que ha pecado y hecho el mal; el pueblo es inocente. Así que castígame a mí y a mi familia, pero no castigues a tu pueblo. Ante estas palabras Dios, que estaba a punto de exterminar Jerusalén, se arrepintió del daño que estaba haciendo al pueblo y dijo al ángel exterminador: —¡Basta ya! Que acabe el castigo.
Muy molesto, le dijo a Dios: —¿No era esto lo que yo pensé que harías cuando aún estaba en mi tierra? Por eso quise huir lejos de ti y dirigirme a Tarsis. Yo sé que eres un Dios muy bueno; te compadeces de todos y te cuesta enfadarte. Es tan grande tu amor que, cuando dices que vas a castigar, después cambias de opinión y no lo haces.