Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Éxodo 32:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 ¡Estoy tan indignado que voy a destruirlos a todos! ¡No trates de detenerme! Tú, en cambio, darás origen a una gran nación.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Ahora quítate de en medio, para que mi ira feroz pueda encenderse contra ellos y destruirlos. Después, Moisés, haré de ti una gran nación.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ahora, pues, deja que estalle mi furor contra ellos. Voy a exterminarlos, mientras que de ti yo haré nacer un gran pueblo.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Deja ahora que se encienda mi ira contra ellos, y los consumiré, y haré de ti una nación grande.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Ahora, déjame que se encienda mi ira contra ellos y los extermine; pero yo haré de ti una gran nación'.

Gade chapit la Kopi




Éxodo 32:10
21 Referans Kwoze  

Con tus descendientes formaré una gran nación. Voy a bendecirte y hacerte famoso, y servirás de bendición para otros.


que pensó, por ello, destruirlos. Pero Moisés, su elegido, intervino en favor de ellos y calmó la ira de Dios para que no los destruyera.


Si alguien presta dinero a un israelita pobre, no debe cobrarle intereses ni portarse con él como hacen los prestamistas.


Moisés trató de calmar a Dios, y le dijo: —Dios mío, ¡no descargues tu ira contra este pueblo! ¡Tú mismo lo sacaste de Egipto usando tu gran poder!


Cuando Moisés llegó al campamento y vio a la gente bailando alrededor del becerro se enfureció tanto que allí mismo, al pie del monte, arrojó contra el suelo las tablas de la ley y las hizo pedazos.


Así podrás entrar en esa tierra que mana leche y miel. Pero yo no iré contigo porque sois un pueblo muy terco y acabaría destruyéndoos en el camino.


Y tú, Jeremías, no me ruegues por este pueblo. Cuando les llegue la desgracia, yo no escucharé sus oraciones.


Así que Dios me dijo: —Jeremías, no me pidas que ayude a este pueblo.


Dios me dijo: —Jeremías, aleja de mí a los israelitas y diles que se vayan, porque aunque me lo pidieran Moisés y Samuel, no voy a perdonar a este pueblo.


Y ahora, Jeremías, atiende a lo que te digo: no me ruegues ni me supliques por este pueblo. No me insistas, porque no voy a escucharte.


Pero ellos se rebelaron contra mí allá en el desierto; no obedecieron mis mandamientos, que dan vida a quienes los obedecen, y no respetaron el sábado. Yo estaba tan enfadado que, para desahogarme, quise acabar con ellos en el desierto.


Les voy a enviar una enfermedad que acabe con ellos. Pero de ti haré un pueblo más grande y más numeroso que ellos.


—¡Alejaos de esta gente, porque ahora mismo los voy a destruir a todos!


Moisés y Aarón se postraron tocando el suelo con la frente, y suplicaron a Dios: —Dios mío, tú que nos das vida a todos, si ha sido solo uno el que ha pecado ¿vas a aniquilar a toda la comunidad?


¡Déjame destruirlo, para que nadie vuelva a recordarlo! En cuanto a ti, te haré jefe de un pueblo mucho más fuerte y numeroso».


La verdad es que sentí un gran temor pensando que Dios os iba a exterminar; pero Dios me escuchó una vez más.


Por eso, confesad vuestros pecados unos a otros y orad unos por otros para que sanéis. La oración de una persona buena es muy poderosa y eficaz.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite