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Éxodo 29:45 - Biblia Lenguaje Básico

45 Yo viviré entre los israelitas y seré su Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

45 Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 Entonces viviré en medio de los israelitas y seré su Dios,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Habitaré entre los hijos de Israel y seré su Dios,

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Y habitaré en medio de los hijos de Israel, y seré su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Habitaré en medio de los israelitas y seré su Dios.

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Éxodo 29:45
30 Referans Kwoze  

La tierra de Canaán, que ahora recorres como inmigrante, te la daré a ti y a tus descendientes para siempre.


Viviré en medio de los israelitas y nunca abandonaré a mi pueblo Israel.


Si la inmensidad de los cielos no es suficiente para contenerte, mucho menos lo será este Templo que te he construido.


Judá llegó a ser el lugar donde Dios puso su Templo; la tierra de Israel llegó a ser su dominio.


Son miles los carros que Dios usa para la guerra; en ellos llega desde el Sinaí para entrar en su santuario.


Tú, oh Dios, los llevarás al monte que elegiste para ti, a la santa morada que hiciste para ti, la casa que tú mismo construiste.


Además, quiero que me construyáis un santuario para que yo viva en medio de vosotros.


Tanto la Tienda del encuentro como el altar junto con Aarón y sus hijos, estarán consagrados exclusivamente a mi servicio.


En adelante vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Así sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios, el que os libró de ser esclavos de los egipcios.


Dios de Israel, todos saben que somos tuyos, y que vives con nosotros. ¡No nos abandones! ¡No des la impresión de que eres un guerrero sin fuerzas, incapaz de salvar a nadie!


Yo soy el Dios de Israel, y David será su gobernante. Os doy mi palabra de que así será.


y me decía: —Ezequiel, hombre mortal, en este lugar he puesto mi trono. Aquí es donde yo reino y donde viviré para siempre con los israelitas. No hay otro Dios como yo. No voy a permitir que ni ellos ni sus reyes vuelvan a serme infieles, ni que deshonren mi nombre adorando a los ídolos y construyendo monumentos funerarios a sus reyes.


Sin embargo, si me son fieles, y no vuelven a construir monumentos funerarios a sus reyes, yo viviré siempre con ellos.


Es algo tan difícil que solo los dioses podrían darle una respuesta, ¡pero ellos no viven en este mundo!


Yo habitaré en medio de vosotros y nunca os abandonaré.


Caminaré con vosotros, yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.


Cuando salisteis de Egipto, yo os prometí que mi espíritu siempre os acompañaría. Ese es el pacto que hice con vosotros; así que no tengáis miedo.


Esto es lo que Dios dice: Yo fui quien os dispersé por todas las naciones, pero ahora os ordeno que salgáis de Babilonia y regreséis a Jerusalén; ¡huid, pues, de ese país del norte!


Por eso volveré a vivir en ella y será llamada «ciudad fiel»; habitaré de nuevo en mi Templo y mi nombre, el del Dios todopoderoso, será llamado «Santo».


Coré y su grupo se rebelaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: —¡Ya estamos hartos de que os creáis nuestros jefes! Dios está con todo el pueblo, y a todos nos ha elegido para servirle. ¿Por qué queréis hacerlo todo vosotros?


Y no contaminaréis la tierra donde residís porque yo, que soy vuestro Dios, habito también en medio de ella, en medio de los hijos de Israel.


Él os enseñará lo que es la verdad. Los que no creen en Dios y solo se preocupan por lo que pasa en este mundo, no pueden recibir al Espíritu, porque no lo ven ni lo conocen. Pero vosotros sí lo conocéis, porque está con vosotros, y siempre estará a vuestro lado.


Cuando yo regrese a vuestro lado, os daréis cuenta de que el Padre y yo somos uno; y vosotros y yo también seremos uno.


Jesús le contestó: —Si alguien me ama, hará caso de mis enseñanzas. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él.


Nosotros somos el templo de Dios vivo. Si Dios está en nosotros, no tenemos nada que ver con los ídolos. Dios mismo dijo: Viviré con este pueblo y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Por vuestra unión con Jesucristo, vosotros también formáis parte de ese edificio, donde Dios habita por medio de su Espíritu.


Entonces llevaréis también a ese lugar que Dios elija para habitar en él, todas las ofrendas establecidas; los sacrificios que deben ser quemados en su honor, la décima parte de vuestras ganancias, vuestras aportaciones voluntarias y todo aquello que hayáis prometido a Dios.


Así que no seáis cobardes. Vuestro Dios os acompaña, y ante su poder todos tiemblan de miedo.


Y oí una fuerte voz que salía del trono y decía: —Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos y ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos.


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