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Éxodo 24:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 Y aunque vieron a Dios, ninguno de aquellos elegidos de Israel murió. Después comieron y bebieron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Aunque estos nobles de Israel pudieron contemplar a Dios, él no los destruyó. De hecho, compartieron una comida para celebrar el pacto, en la cual comieron y bebieron en su presencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego comieron y bebieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y no extendió su mano contra los distinguidos de los hijos de Israel que pudieron contemplar a ’Elohim, y después comieron y bebieron.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 No extendió Dios su mano contra los representantes de los israelitas. Vieron a Dios, comieron y bebieron.

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Éxodo 24:11
24 Referans Kwoze  

En vista de esto, Agar invocó a Dios llamándolo El Roí —es decir, el Dios que todo lo ve— diciendo: «¿Será verdad que he visto al que me ve?».


porque sus descendientes formarán una nación grande y poderosa. Por medio de ellos todas las naciones de la tierra van a ser bendecidas.


luego sacrificó un animal allí mismo en el monte e invitó a comer a todos sus parientes. Después de comer, todos ellos pasaron la noche allí en el monte.


Acto seguido, Jezabel escribió cartas de parte de Ajab, les puso el sello del rey y se las envió a los líderes y personas importantes de la ciudad donde vivía Nabot.


Luego, reunió a los capitanes, a la gente importante, a los gobernadores y al resto del pueblo, y entre todos llevaron al rey desde el Templo hasta el palacio, entrando por la puerta superior. Allí lo sentaron sobre el trono,


Los gobernadores no sabían a dónde había ido yo, ni qué había hecho. Tampoco se enteraron los judíos, pues todavía no les había contado nada a los sacerdotes ni a los dirigentes, ni a los magistrados ni a las demás personas importantes, ni a los que iban a ayudar en la obra.


Me tienes rodeado por completo; ¡estoy bajo tu control!


Enseguida Jetró ofreció un cordero en honor de Dios y también le presentó otras ofrendas. Después de eso, Aarón y los jefes de Israel celebraron un banquete con Jetró, el suegro de Moisés, en presencia de Dios.


y Dios le dijo: —Ahora baja y advierte a los israelitas que no deben subir ni tratar de verme. Si lo hacen, muchos podrían morir.


Dios dijo a Moisés: —Quiero que subas al monte, para hablar conmigo. Podrán acompañarte Aarón, Nadab, Abihú y setenta jefes israelitas. Pero no quiero que ninguno de ellos se acerque adonde yo estoy. Solo tú podrás acercarte a mí. Cuando lleguéis, quiero que os pongáis de rodillas a cierta distancia. Aparte de ellos, nadie más del pueblo debe subir.


¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos!


Los gobernantes mandan a sus sirvientes que vayan a buscar agua, pero los pozos están secos. Confundidos y llenos de vergüenza se tapan la cabeza, pues regresan con sus cántaros vacíos.


Ese pozo lo cavaron los príncipes, con sus varas y sus bastones». Desde el desierto, los israelitas se dirigieron a Mataná,


En ese lugar comeréis, celebraréis vuestras fiestas en presencia de Dios y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, por todas las bendiciones que vuestro Dios os ha concedido.


Entonces Manóaj dijo a su mujer: —Vamos a morir, porque hemos visto a Dios.


Los jefes israelitas bajaron, y se unieron al pueblo de Dios para luchar contra el poderoso enemigo.


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