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Éxodo 23:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 pero el séptimo año deberás dejarla descansar. Si la tierra produce algo por sí sola, eso lo dejarás para alimento de la gente pobre, y para que los animales salvajes coman lo que sobre. Lo mismo harás con tus viñedos y olivos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 pero el séptimo año deja que la tierra se renueve y descanse sin cultivar. Permite que la gente pobre de tu pueblo coseche lo que crezca por sí mismo durante ese año. Deja el resto para que coman los animales salvajes. Haz lo mismo con tus viñedos y olivares.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 al séptimo no los cultivarás y los dejarás descansar. Los pobres de tu pueblo comerán lo que encuentren allí, y si sobra algo, lo comerán los animales del campo. Harás lo mismo con tu viña y tu olivar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 pero el séptimo la dejarás descansar sin cultivar,° y comerán los necesitados de tu pueblo, y de lo sobrante de ellos coma la bestia del campo. Así harás con tu viña y con tu olivar.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 pero el año séptimo la dejarás descansar, en barbecho, para que coman los indigentes de tu pueblo, y lo sobrante se lo coman las bestias del campo. Lo mismo harás con tu viña y tu olivar.

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Éxodo 23:11
11 Referans Kwoze  

Todos nosotros nos comprometimos a cumplir con lo siguiente: «Ninguno de nuestros hijos o hijas se casará con gente de otro país. Si un extranjero viene a vendernos trigo u otros productos en sábado o en cualquier otro día festivo, no le compraremos nada. Cada siete años dejaremos de trabajar la tierra y perdonaremos lo que se nos deba. Cada año daremos una contribución de cuatro gramos de plata para los gastos del Templo de nuestro Dios. Eso servirá para comprar el pan dedicado a Dios, la ofrenda de cereales y los animales para el sacrificio diario, las ofrendas de los sábados y de los días de luna nueva, y de todas las otras fiestas religiosas. También servirá para comprar tanto las ofrendas por el perdón de nuestros pecados, como todo lo que tenga que ver con el servicio del Templo de nuestro Dios. Cada año los sacerdotes y los levitas, junto con todo el pueblo, echarán suertes para saber a qué grupo familiar le toca traer la leña que debe ser ofrecida y quemada sobre el altar de nuestro Dios, según lo que está escrito en el libro de la Ley. Cada año traeremos al Templo de Dios los primeros frutos de lo que produzcan nuestras tierras y nuestros árboles. Presentaremos nuestros primogénitos ante los sacerdotes del Templo, para dedicarlos a Dios. Llevaremos también al Templo de nuestro Dios las primeras crías de nuestras vacas y de nuestras ovejas. Llevaremos a los sacerdotes la masa hecha con el primer trigo de nuestras cosechas, los primeros frutos de nuestros árboles, el primer vino y el primer aceite. Ellos lo guardarán en los almacenes del Templo de nuestro Dios. Entregaremos a los levitas la décima parte de lo que produzcan nuestras tierras, pues ellos son los encargados de esas contribuciones en nuestras poblaciones. Un sacerdote descendiente de Aarón acompañará a esos levitas cuando vayan a recoger los diezmos, y luego ellos llevarán una décima parte de esa contribución a los almacenes del Templo de nuestro Dios. Allí han de llevar tanto los israelitas como los levitas las contribuciones de trigo, vino y aceite. Allí se guardan también los utensilios del Templo y allí residen los sacerdotes, los levitas, los porteros y los cantores del Templo. Nunca descuidaremos el Templo de nuestro Dios».


Durante seis años podrás cultivar la tierra y recoger tus cosechas,


Durante seis días podrás trabajar, pero el séptimo día deberás descansar. Así podrán descansar tus esclavos y tus bueyes y burros, y también los inmigrantes que trabajen para ti.


Seguramente os preguntaréis: «¿Y qué vamos a comer durante el séptimo año, si no podemos sembrar ni recoger los frutos de la cosecha?».


Así, en el octavo año, mientras vosotros estéis sembrando, podréis comer el grano que hayáis almacenado. Y lo mismo sucederá en el noveno año, mientras llega el momento de recoger la nueva cosecha.


En este mundo siempre habrá gente pobre. Por eso os ordeno que seáis generosos con la gente pobre y necesitada del país.


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