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Éxodo 22:29 - Biblia Lenguaje Básico

29 y las primeras crías de tus ganados. En todo caso, podrás dejarlas con su madre los primeros siete días, pero al octavo día me las entregarás.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

29 No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 »No retengas nada cuando me entregues las ofrendas de tus cosechas y de tu vino. »Deberás darme a tu primer hijo varón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Lo mismo harás con los primeros nacidos de tus vacas y ovejas; siete días estarán con su madre, y al octavo me los ofrecerás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 De tu cosecha y de tu vendimia no retardes la ofrenda.° Me darás al primogénito de tus hijos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Así harás con el primogénito de tu ganado mayor y menor; siete días estará con su madre, y el día octavo me lo darás.

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Éxodo 22:29
19 Referans Kwoze  

Después llegó un hombre que venía de Baal Salisá, trayéndole a Eliseo veinte panes de cebada, hechos con harina de la primera cosecha, y además le llevó trigo fresco en un saco. Eliseo dijo a su sirviente: —Dale a los profetas para que coman.


En cuanto los israelitas se enteraron de la petición del rey, dieron con generosidad una parte considerable de los primeros frutos de su cosecha de trigo, vino, aceite, miel y demás productos de sus campos. También entregaron la décima parte de todo lo que tenían, que resultó ser una importante cantidad.


deberéis entregarle el primer hijo varón que tengáis y el primer macho de vuestros animales, pues ambos le pertenecen a Dios.


—El primer hijo de todo matrimonio israelita será para mí. También serán para mí todas las primeras crías de los animales israelitas.


La fiesta de los Panes sin levadura la celebrarás en el mes de Abib, porque en ese mes salisteis de Egipto. La fiesta durará siete días, y en todo ese tiempo el pan que comas será sin levadura. Quien venga a adorarme deberá también traerme una ofrenda.


Durante la cosecha celebrarás dos fiestas. La primera será cuando recojas los primeros frutos de tus siembras, y la segunda será cuando termines de cosechar todo lo que hayas sembrado, es decir, al terminar el año.


Llevarás a mi Templo los primeros frutos que produzcan tus campos. No cocinarás cabritos en la leche de su madre.


Vuestro primer hijo deberéis entregármelo a mí, lo mismo que todos los primeros machos de vuestras vacas y ovejas.


Podrás rescatar a la primera cría del asno sustituyéndola por un cordero o un cabrito. Pero si no lo hacéis, entonces tendréis que desnucarla. De igual manera, a cambio de vuestro primer hijo podréis darme una ofrenda. Nadie podrá presentarse ante mí con las manos vacías.


Delante de todas las naciones os mostraré que soy santo. Yo os sacaré de entre todos los pueblos y naciones donde ahora andáis dispersos. Os reuniré de nuevo en Israel, tierra que juré dar a vuestros antepasados, y me adoraréis en mi monte santo, que es el monte más excelso de Israel. Allí recibiré todas las ofrendas que queráis presentarme y seréis para mí tan agradables como el aroma del incienso. Entonces reconoceréis que yo soy el Dios de Israel y cumplo mi palabra.


—Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, se quedará con su madre siete días. Después del octavo día podréis presentármelo como ofrenda.


Yo, Miqueas, soy un miserable, y quisiera calmar mi apetito. Ando en busca de uvas o higos, pero no encuentro nada que comer ya todo lo han cosechado.


Lo más importante es que reconozcáis a Dios como único rey, y que hagáis lo que él os pide. Todo lo demás, él os lo dará a su tiempo.


Y no solo sufre la creación, sino que también sufrimos nosotros, los que tenemos al Espíritu Santo, que es el anticipo de todo lo que Dios nos dará después. Mientras tanto, esperamos que Dios nos adopte definitivamente como sus hijos y nos libere del todo.


Cuando vuestras vacas o vuestras ovejas tengan crías, deberéis apartar para Dios todos los animales machos que nazcan primero. No pondréis a trabajar al primer ternero de vuestras vacas, ni esquilaréis la lana al primer cordero de vuestras ovejas, pues esos animales le pertenecen a Dios.


Además, quiso que fuéramos los primeros entre sus criaturas. Por eso, por medio de la buena noticia de salvación nos dio una vida nueva.


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