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Éxodo 22:24 - Biblia Lenguaje Básico

24 Si alguien presta dinero a un israelita pobre, no debe cobrarle intereses ni portarse con él como hacen los prestamistas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Mi enojo se encenderá contra ti y te mataré a filo de espada. Entonces tus esposas serán las viudas y tus hijos los huérfanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre, que tú conoces, no serás como el usurero, no le exigirás interés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 y se encenderá mi ira, y os haré morir a espada, y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al indigente que está contigo, no te comportarás con él como usurero: no le cobrarás intereses.

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Éxodo 22:24
21 Referans Kwoze  

Y después de pensarlo bien, reprendí a las autoridades y personas importantes por tratar mal a sus propios compatriotas. Así que mandé que se reunieran para hablar del asunto


Porque la ira de Dios caería sobre mí y no podría resistir su poder.


Hay un mentiroso y malvado que miente acerca de mí.


Que se queden huérfanos sus hijos y que deje viuda a su esposa.


solo quien presta dinero sin cobrar intereses, y jamás acepta dinero para perjudicar al inocente. Quien así se comporta vivirá siempre seguro.


¡Haz que se les nublen los ojos para que no puedan ver! ¡Haz que se queden sin fuerzas!


La fuerza de tu furia nadie ha llegado a conocerla. ¡Es tan grande tu ira como el respeto que nos inspiras!


Las viudas eran tantas como granos de arena hay en el mar. Contra las madres con hijos jóvenes hice que llegara la muerte en pleno día, envié contra ellas la angustia y el terror.


Nos hemos quedado sin padre; nuestras madres han quedado viudas.


Cuando algún israelita se quede en la miseria, deberéis ayudarlo como si se tratara de un inmigrante, para que pueda seguir viviendo con vosotros.


Si le hacéis un préstamo, no debéis cobrarle intereses; si le vendéis alimentos, no debéis hacerlo con recargo. Debéis hacerlo por respeto a mí, permitiendo que viva entre vosotros.


Cuando nuestro Dios se irrita, las piedras se convierten en polvo, como si el fuego las fundiera; cuando nuestro Dios se enfurece, nadie puede mantenerse firme.


Dad, y Dios os dará, él llenará vuestra bolsa hasta que rebose. Dios os medirá con la misma medida con que midáis a los demás.


Si prestáis a otro israelita dinero, comida o alguna otra cosa, no le cobréis intereses.


Solo podréis cobrar intereses a los extranjeros. Si cumplís esta norma, Dios os bendecirá en todo lo que hagáis en la tierra donde vais a vivir.


¡Qué terrible debe ser que el Dios de la vida tenga que castigarnos!


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