Éxodo 20:24 - Biblia Lenguaje Básico24 Cuando hagas un altar para adorarme, hazlo de tierra, y sacrifica sobre él tus ovejas y tus toros. Y ofrece también los sacrificios en los que se quema la ofrenda para el perdón del pecado del pueblo, y las ofrendas que demuestra su deseo de estar en paz conmigo y con los demás. Yo vendré al lugar que elija para que te acuerdes de mí, y te bendeciré. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196024 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente24 »”Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)24 A mí me harás un altar de tierra y sobre él ofrecerás tus sacrificios de comunión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te bendeciré en todo lugar en que yo haya revelado mi Nombre. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion24 Para mí, harás un altar de tierra y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tu rebaño y tu ganado. En todo lugar donde Yo haga recordar mi Nombre, vendré a ti y te bendeciré. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197524 Me levantarás un altar de tierra y ofrecerás en él tus holocaustos y sacrificios de comunión, tu ganado menor y mayor. En todo lugar donde yo conmemore mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Gade chapit la |
De hecho, Roboán recuperó su poder y siguió reinando en Jerusalén, que era la ciudad que Dios había elegido de entre todas las tribus de Israel, para vivir en ella. Roboán tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que Dios había elegido entre todas las tribus de Israel para establecer en ella su morada. La madre de Roboán se llamaba Naamá, y era amonita.
Dios elegirá un lugar para vivir entre vosotros, y allí deberéis ir para adorarlo, llevando las ofrendas que quemaréis en su honor. Allí llevaréis también la décima parte de todo lo que ganéis, además de las ofrendas voluntarias, las primeras crías de vuestras vacas y ovejas, y cualquier otra ofrenda que hayáis prometido presentarle.