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Éxodo 20:13
32 Referans Kwoze  

Además de hacer pecar a Judá y ofender a Dios con su conducta, Manasés derramó sangre de mucha gente inocente. ¡Fueron tantos los que mató que Jerusalén se llenó de sangre desde un extremo al otro!


Quien mate a golpes a otra persona, también él deberá morir.


Quien mate a otra persona con toda intención, deberá morir, aunque busque protección en mi altar.


Si alguien golpea con un palo a su esclavo o esclava, y él o ella mueren en ese momento, deberá ser castigado por su crimen.


Pero si el dueño sabía que el toro tenía la costumbre de atacar a la gente y no lo encerró, será culpable de la muerte de la persona o personas que mate el toro. En ese caso, se matará también a pedradas al toro y al dueño.


No acuses a una persona diciendo mentiras, ni condenes a muerte a la gente inocente y honesta, porque yo no consideraré inocente al culpable.


Tal vez te digan: «Ven con nosotros, pongamos trampas mortales y asaltemos por diversión al inocente;


pero los malvados ponen en peligro su vida y acabarán por perderla.


Dios saldrá de su palacio y castigará por su maldad a los que habitan la tierra. Los crímenes de los violentos no quedarán sin castigo.


pero si me matáis, vosotros, jefes y pueblo, seréis los culpables de haber matado a un inocente, porque es cierto que Dios me ha mandado a daros este mensaje.


El que mate a otra persona lo pagará con su vida. El que mate un animal compensará al dueño con otro animal. El que lastime a su prójimo, sufrirá en carne propia el mismo daño que haya causado: ojo por ojo, diente por diente, fractura por fractura.


El joven preguntó: —¿Qué mandamientos? Jesús le dijo: —No mates; no seas infiel en tu matrimonio; no robes; no mientas haciendo daño a otra persona;


Conoces bien los mandamientos: No mates; no seas infiel en el matrimonio; no robes; no mientas haciendo daño a otra persona; no hagas trampas; honra a tu padre y a tu madre.


Conoces bien los mandamientos: No seas infiel en el matrimonio, no mates, no robes, no mientas para hacerle daño a otra persona; honra a tu padre y a tu madre.


pero Pablo le gritó: —¡No te mates! Todos estamos aquí.


Cuando los que vivían en la isla vieron a la víbora colgada de la mano de Pablo, dijeron: —Este hombre debe ser un asesino porque, aunque se salvó de morir ahogado en el mar, la justicia de Dios no lo deja vivir.


En la ley hay mandatos como estos: «No seáis infieles en el matrimonio. No matéis. No robéis. No os dejéis dominar por el deseo de tener lo que otros tienen». Estos mandamientos, y todos los demás, pueden resumirse en uno solo: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo».


Son envidiosos y hasta matan; se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas malas. Os advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen esto no formarán parte del reino de Dios.


También sabemos que las leyes no están hechas para los que hacen lo bueno, sino para los que hacen lo malo. Son para los rebeldes, los desobedientes, los pecadores y los que no respetan a Dios ni a la religión. También son para los que matan a sus semejantes, incluso a sus propios padres.


Porque el mismo Dios que dijo: «No seáis infieles en vuestro matrimonio», también dijo: «No matéis». Por eso, si eres fiel en el matrimonio, pero matas, eres culpable de haber desobedecido la ley de Dios.


Por eso debéis tener en cuenta que Dios no tendrá compasión de quienes no se compadecieron de otros. Pero los que tuvieron compasión de otros, saldrán bien del juicio.


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