Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Éxodo 20:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 pero el sábado será un día de descanso, un día dedicado a mí que soy tu Dios. Ese día nadie deberá hacer ningún tipo de trabajo: ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus esclavos, ni tus esclavas, ni tus animales, y ni siquiera el inmigrante que viva contigo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yavé, tu Dios. Que nadie trabaje: ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus animales, ni los forasteros que viven en tu país.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

10 pero el séptimo día es shabbat° para YHVH tu Dios. No harás labor alguna,° tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu animal, ni tu extranjero que está dentro de tus ciudades.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 pero el día séptimo es el de descanso en honor de Yahveh, tu Dios, y ese día no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que habita dentro de tus puertas.

Gade chapit la Kopi




Éxodo 20:10
16 Referans Kwoze  

Todos nosotros nos comprometimos a cumplir con lo siguiente: «Ninguno de nuestros hijos o hijas se casará con gente de otro país. Si un extranjero viene a vendernos trigo u otros productos en sábado o en cualquier otro día festivo, no le compraremos nada. Cada siete años dejaremos de trabajar la tierra y perdonaremos lo que se nos deba. Cada año daremos una contribución de cuatro gramos de plata para los gastos del Templo de nuestro Dios. Eso servirá para comprar el pan dedicado a Dios, la ofrenda de cereales y los animales para el sacrificio diario, las ofrendas de los sábados y de los días de luna nueva, y de todas las otras fiestas religiosas. También servirá para comprar tanto las ofrendas por el perdón de nuestros pecados, como todo lo que tenga que ver con el servicio del Templo de nuestro Dios. Cada año los sacerdotes y los levitas, junto con todo el pueblo, echarán suertes para saber a qué grupo familiar le toca traer la leña que debe ser ofrecida y quemada sobre el altar de nuestro Dios, según lo que está escrito en el libro de la Ley. Cada año traeremos al Templo de Dios los primeros frutos de lo que produzcan nuestras tierras y nuestros árboles. Presentaremos nuestros primogénitos ante los sacerdotes del Templo, para dedicarlos a Dios. Llevaremos también al Templo de nuestro Dios las primeras crías de nuestras vacas y de nuestras ovejas. Llevaremos a los sacerdotes la masa hecha con el primer trigo de nuestras cosechas, los primeros frutos de nuestros árboles, el primer vino y el primer aceite. Ellos lo guardarán en los almacenes del Templo de nuestro Dios. Entregaremos a los levitas la décima parte de lo que produzcan nuestras tierras, pues ellos son los encargados de esas contribuciones en nuestras poblaciones. Un sacerdote descendiente de Aarón acompañará a esos levitas cuando vayan a recoger los diezmos, y luego ellos llevarán una décima parte de esa contribución a los almacenes del Templo de nuestro Dios. Allí han de llevar tanto los israelitas como los levitas las contribuciones de trigo, vino y aceite. Allí se guardan también los utensilios del Templo y allí residen los sacerdotes, los levitas, los porteros y los cantores del Templo. Nunca descuidaremos el Templo de nuestro Dios».


De ahora en adelante, siempre encontraréis pan en el campo durante seis días, pero nunca en el séptimo día, porque es el día de descanso.


—Debéis respetar el sábado como señal del pacto sellado entre vosotros y yo para siempre. Así todos sabrán que he sido yo, vuestro Dios, quien os he consagrado a mí.


Podréis trabajar los primeros seis días de la semana, pero el séptimo día deberéis descansar, incluso en la época de la siembra o de la cosecha.


Podréis trabajar seis días durante la semana, pero el séptimo día será para vosotros un día especial. Ese día deberéis descansar para honrar a Dios. Quien no obedezca este mandamiento será castigado con la muerte.


Mi respuesta a todos los israelitas y a los extranjeros que viven en Israel es la siguiente: Vosotros preguntáis a los profetas por mis mensajes, pero os habéis alejado de mí para adorar a los ídolos, y no pensáis más que en hacer lo malo. Por eso, quiero que sepáis


Luego regresaron a su casa y prepararon perfumes para ungir con ellos el cuerpo de Jesús, y descansaron el sábado, tal como lo ordenaba la ley de Moisés.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite