y les recordó: —La primera vez que intentamos transportar el Arca de Dios, no le consultamos cómo había que hacerlo y vosotros no estuvisteis presentes; por eso Dios nos castigó, matando a algunos de nosotros. Vosotros, que sois los jefes de las familias de la tribu de Leví, purificaos junto con vuestros familiares para que así podáis trasladar sin culpa el Arca del Dios de Israel al lugar que le he preparado.