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Éxodo 14:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 Además, Dios hizo que se atascaran las ruedas de los carros de guerra egipcios, de modo que no podían avanzar. Entonces los egipcios gritaron: —¡Huyamos de los israelitas, pues su Dios está luchando contra nosotros!

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Biblia Reina Valera 1960

25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Torció las ruedas de los carros para que les resultara difícil manejarlos. «¡Salgamos de aquí, alejémonos de los israelitas! —gritaban los egipcios—. ¡El Señor está luchando por ellos en contra de Egipto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: 'Huyamos de Israel, porque Yavé pelea con ellos contra nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 torciendo las ruedas de sus carros, de modo que los conducían con dificultad, por lo que los egipcios dijeron: ¡Huyamos de delante de Israel, porque YHVH pelea por ellos contra los egipcios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Atascó las ruedas de sus carros, de modo que avanzaran muy lentamente. Dijéronse entonces los egipcios: 'Huyamos ante Israel porque Yahveh pelea por ellos contra Egipto'.

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Éxodo 14:25
26 Referans Kwoze  

Cuando los demás pueblos de la región se enteraron de que Dios mismo había peleado contra los enemigos de Israel, se llenaron de temor


Por eso, si oís la trompeta, acudid enseguida en nuestra ayuda. Nuestro Dios luchará por nosotros.


Cuando nuestros enemigos se enteraron de esto, los países vecinos tuvieron miedo y se sintieron avergonzados, porque comprendieron que esta obra se había realizado con la ayuda de nuestro Dios.


Ante nuestros antepasados dividiste el mar en dos para que cruzaran por tierra seca. Pero a sus perseguidores egipcios los hundiste en el agua; los hiciste caer como piedras hasta el fondo del mar


Pero los malvados no podrán escapar: sus ojos se irán apagando, no les queda más esperanza que morir.


Si trata de librarse de la espada de hierro, la flecha de bronce lo traspasará;


y sin compasión los zarandea; pero es inútil su esfuerzo.


Salmo de David. Dios mío, ataca a los que me atacan, combate a los que me combaten.


¡Venid y contemplad las grandes maravillas que Dios ha hecho en toda la tierra!


Dios ha dado una orden y son multitud los que difunden la noticia:


Y cuando haya derrotado al faraón y a todo su ejército con sus carros de guerra y su caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Dios de Israel. ¡Voy a demostrarles mi gran poder!


Yo haré que el faraón se ponga de nuevo terco y vuelva a perseguiros. Pero cuando lo haga, destruiré su ejército y le mostraré mi gran poder. Así sabrán los egipcios que yo soy Dios. Los israelitas hicieron lo que Dios les mandó hacer.


Mi Dios es el Dios de Israel. ¡Mi Dios es un gran guerrero!


Yo defenderé a mi pueblo que habita en Jerusalén, sobre el monte de Sion, como el león o el cachorro de león defiende a la presa que ha matado sin dejarse asustar por los pastores aunque estos sean muchos y traten de asustarlo con sus gritos.


contigo destruyo jinetes y caballos, contigo destruyo carros de guerra.


Por eso prenderé fuego a las murallas de Rabá, y sus palacios quedarán hechos cenizas. Lo haré el día de la batalla, en medio del estruendo de un día de tempestad;


Ese día sabrán lo que sienten los que huyen de un león y se encuentran con un oso. Ese día sabrán lo que sienten los que entran en su casa y los muerde una serpiente al apoyarse en la pared.


Después de eso vi a Dios que estaba de pie, junto al altar, y me decía: Golpea la parte alta de las columnas del templo para que el templo se derrumbe y caiga sobre la gente. ¡Nadie escapará con vida! Pero si alguno logra escapar, morirá en el campo de batalla.


Nuestro Dios nos guiará y luchará por nosotros, así como luchó por nosotros contra Egipto y nos guio por el desierto.


Bien saben nuestros enemigos que sus dioses no tienen poder; ¡el poder es de nuestro Dios!


Jamás hubo ni habrá un día como este, en que Dios se dignara escuchar los ruegos de un ser humano. ¡Y es que Dios luchaba en favor de los israelitas!


Cuando Barac y sus hombres atacaron, Dios causó tal confusión entre los carros y los soldados de Sísara que el mismo Sísara se bajó de su carro y huyó a pie.


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