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Éxodo 14:17 - Biblia Lenguaje Básico

17 Yo haré que los egipcios vuelvan a ponerse tercos y os persigan entrando en el mar detrás de vosotros. Pero entonces yo les demostraré mi gran poder y los destruiré con toda su caballería y sus carros de guerra.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Yo endureceré el corazón de los egipcios y se lanzarán contra los israelitas. La grandeza de mi gloria se manifestará por medio del faraón y de su ejército, sus carros de guerra y sus conductores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Yo, mientras tanto, endureceré el corazón de los egipcios para que salgan en persecución de ustedes, y me haré famoso a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de su caballería.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y Yo, por mi parte, endureceré el corazón de los egipcios para que entren tras ellos, y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, en su carro,° y en sus jinetes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Yo endureceré el corazón de los egipcios y entrarán detrás de ellos. Me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus guerreros.

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Éxodo 14:17
26 Referans Kwoze  

Yo voy a enviar un diluvio que inundará toda la tierra y acabará con todo lo que tenga vida en este mundo. ¡Nada quedará con vida sobre la tierra!


—Ahora mismo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes.


Los egipcios persiguieron a los israelitas por el camino abierto en el mar. Fueron tras ellos con sus caballos y sus carros de guerra.


Yo haré que el faraón se ponga de nuevo terco y vuelva a perseguiros. Pero cuando lo haga, destruiré su ejército y le mostraré mi gran poder. Así sabrán los egipcios que yo soy Dios. Los israelitas hicieron lo que Dios les mandó hacer.


Dios le había dicho: —Cuando llegues a Egipto, haz delante del rey todas las maravillas que te he ordenado hacer con la vara. Yo haré que el rey se ponga terco y no deje salir al pueblo.


Por eso te ordeno que lo dejes salir para que me adore. Si te niegas a dejarlo salir, yo le quitaré la vida a tu primer hijo.


Él no os hará caso, ni os dejará salir, porque yo haré que se ponga terco. Pero serán tantas las señales maravillosas que haré en Egipto, que no tendrá más remedio que dejaros marchar. Descargaré sobre los egipcios todo mi poder, los castigaré y sacaré a mi pueblo Israel de Egipto como un ejército en orden de batalla. Así sabrán los egipcios que yo soy el Dios de Israel.


He sido yo quien lo ha decidido, yo quien ha hecho venir a Ciro y quien hará que su misión tenga éxito.


«Soy yo mismo el que os anima. ¿Por qué tenéis miedo a simples seres humanos que no son más que hierba?


entonces yo os arrojaré de mi presencia, a vosotros y a Jerusalén, la ciudad que os di a vosotros y a vuestros antepasados.


Pues esto es lo que yo os digo: Sabré distinguir entre los fuertes y a los débiles.


Vosotros, los que adoráis dioses falsos en los montes de Israel, prestad atención a mi mensaje. Voy a destruiros a todos, junto con los santuarios donde adoráis a esos dioses.


Yo atacaré a Israel y a Judá con la misma furia de un león. Los agarraré y los haré pedazos, y no habrá quien los salve. Luego los dejaré por un tiempo, y esperaré a que se arrepientan reconociendo que me han ofendido; solo cuando se sientan angustiados, me buscarán.


Entonces Moisés dijo a Aarón: —Esto es lo que Dios tenía en mente cuando dijo: «Mostraré que soy santo a todos los que se acerquen a mí y en presencia del pueblo mostraré mi gloria». Y Aarón se quedó callado.


yo me enfrentaré a vosotros y os castigaré todavía con más ira a causa de vuestros pecados.


Así que todo depende de lo que Dios decida hacer: él se compadece de quien quiere, y a quien quiere lo vuelve terco.


¡Daos cuenta ahora de que yo soy el único Dios! No hay otros dioses conmigo; solo yo sano las heridas; solo yo doy la vida y solo yo puedo quitarla. Nadie puede escapar de mi poder.


Dios mismo hizo que los enemigos se pusieran tercos y ofrecieran resistencia a Israel. Lo hizo para que los israelitas los destruyeran por completo, sin compasión, tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.


Dios hará que Sísara, el jefe del ejército de Jabín, se dirija al arroyo Quisón para atacarte con sus soldados y sus carros. Pero Dios hará que la victoria sea vuestra.


No os portéis como el faraón y su gente. Ellos se pusieron muy tercos, y solo cuando Dios los castigó duramente dejaron que los israelitas salieran de Egipto.


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