Ester 4:1 - Biblia Lenguaje Básico1 Cuando Mardoqueo se enteró de lo que había pasado, rasgó su ropa en señal de tristeza y se puso ropa áspera. Luego se echó ceniza en la cabeza y recorrió la ciudad gritando y llorando amargamente. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19601 Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente1 Cuando Mardoqueo se enteró de todo lo que había ocurrido, se rasgó su ropa, se vistió de tela áspera, se arrojó ceniza y salió por la ciudad llorando a gritos con un amargo lamento. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)1 Al enterarse Mardoqueo de esas determinaciones rasgó su ropa, se puso un saco y se cubrió de ceniza, luego salió a recorrer la ciudad lanzando gritos desgarradores. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion1 Mardoqueo supo todo lo que se había hecho. Entonces Mardoqueo rasgó sus vestidos y se vistió de saco° y de ceniza, y entró al medio de la ciudad,° y allí clamó amargamente. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19751 Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores, Gade chapit la |
De nuevo David le preguntó: —¿De dónde dices que eres? Él respondió: —Soy hijo de un amalecita que vino a vivir en Israel. Entonces David le dijo: —¿Y cómo te atreviste a rematar a quien Dios eligió como rey de su pueblo? Tú mismo reconoces tu culpa al decir: «Yo maté al elegido de Dios». Enseguida ordenó David a uno de sus oficiales que diera muerte al amalecita, y así lo hizo el oficial. A continuación David y todos los que estaban con él, rasgaron sus ropas para mostrar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán y por la de todos los israelitas caídos en el campo de batalla. Luego rompieron a llorar y ayunaron durante todo el día.
—Habitantes de Corazín, ¡qué mal vais a acabar! ¡Y también los que vivís en Betsaida! Si los milagros ocurridos entre vosotros se hubieran hecho en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que los que viven allí habrían cambiado su manera de vivir. Se habrían vestido con ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento.