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Esdras 9:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Cuando todo esto finalizó, vinieron los dirigentes del pueblo y me dijeron: —Esdras, queremos informarte que nuestro pueblo, incluidos los sacerdotes y los levitas, no se ha mantenido apartado de la gente idólatra que habita este país. Todos ellos han seguido imitando las horribles costumbres de los pueblos que habitan en Canaán y Egipto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Una vez realizadas estas cosas, los líderes judíos vinieron a verme y dijeron: «Muchos del pueblo de Israel e incluso algunos sacerdotes y levitas no se han mantenido separados de los otros pueblos que viven en esta tierra. Han adoptado las prácticas detestables de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Después de eso, se me acercaron los jefes, diciéndome: 'El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de todos esos pueblos cananeos, hititas, pereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios o amorreos, cuyas prácticas son abominables.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Al completarse estas cosas, se aproximaron a mí los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de la tierra, y han hecho conforme a sus abominaciones, esto es, de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los jefes para decirme: 'Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes, ni los levitas, se han mantenido apartados de los habitantes del país -cananeos, hititas, perizeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos- que tienen costumbres abominables,

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Esdras 9:1
37 Referans Kwoze  

Pero cuando hayan pasado cuatro generaciones, tus descendientes podrán volver a este país, porque hasta entonces no habrá cesado la maldad de los amorreos (que ahora lo ocupan).


Además de la hija del faraón, Salomón se enamoró de otras muchas mujeres extranjeras procedentes de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y del país de los hititas. En concreto tuvo setecientas esposas que eran princesas y otras trescientas mujeres con las que mantuvo relaciones ocasionales. Dios había dicho a los israelitas en relación con las mujeres extranjeras: «No os caséis con ellas, pues ellas os harán adorar a sus dioses». Y así, en efecto, sucedió.


Manasés se comportó mal ante Dios practicando costumbres vergonzosas de las naciones que Dios había expulsado del territorio de los israelitas.


Entonces Secanías hijo de Jejiel, que era descendiente de Elam, le dijo a Esdras: —Nosotros hemos desobedecido a nuestro Dios al casarnos con mujeres de países que adoran a otros dioses. Pero todavía hay esperanza para nuestro pueblo Israel.


Los dirigentes y los consejeros ordenaron que el que no se presentara dentro de tres días sería expulsado del grupo de los que regresaron de Babilonia y se le quitarían todas sus propiedades.


En ese tiempo vi también que algunos judíos se habían casado con mujeres de países como Asdod, Amón y Moab.


Entonces oramos a Dios y pusimos guardias de día y de noche para protegernos.


Por eso ordené que todos tuvieran listas sus armas: espadas, lanzas y arcos. Luego les pedí que se colocaran agrupados por familias detrás de la muralla, en los espacios que todavía no habían sido reconstruidos.


Después de romper relaciones con todos los extranjeros, se pusieron en pie confesando y reconociendo sus pecados y los de sus antepasados.


Mi ángel te llevará al país de Canaán, donde ahora viven muchos pueblos, que destruiré por completo.


Porque si no vienes con nosotros, ¿cómo podré estar seguro de que tu pueblo y yo contamos con tu favor? Precisamente en esto nos diferenciamos tu pueblo y yo de los otros pueblos que habitan la tierra.


En cuanto a vosotros poneos en marcha y salid de Babilonia. Purificaos y no toquéis nada impuro pues debéis transportar los utensilios del Templo.


Cuando los jefes de Judá supieron lo que había pasado, salieron del palacio del rey y fueron hasta la Puerta Nueva del Templo. Al llegar allí, se sentaron,


Los jefes y la gente del pueblo os dijeron a los sacerdotes y a los profetas: —No hay razón para matar a este hombre; lo único que ha hecho ha sido comunicarnos el mensaje que recibió de nuestro Dios.


Vosotros vivisteis antes en Egipto, y ahora os conduzco a Canaán. No deberéis comportaros ni como los egipcios ni como los cananeos.


¡Todos en Judá y en Israel han sido infieles a Dios! ¡Todos han cometido actos vergonzosos en Jerusalén, en el Templo mismo que Dios tanto ama! Los hombres de Judá se casan con mujeres que adoran a otros dioses,


Desde lo alto de los montes contemplo a este pueblo singular, a esta nación que se considera especial y quiere vivir separada.


Pero mientras Moisés y los israelitas lloraban a la entrada de la Tienda del encuentro, vieron que un israelita metía en su tienda de campaña a una mujer madianita.


Moisés continuó diciéndoles: —Cuando entréis en la tierra que Dios va a daros, os encontraréis con que la gente que allí vive tiene costumbres terribles que no agradan a Dios. Por ejemplo, esa gente entrega a sus hijos para quemarlos en honor de sus dioses, practica la brujería y la hechicería, y cree que puede adivinar el futuro. Además de sus brujerías, consultan a los espíritus de los muertos para pedirles consejo. Pero vosotros debéis obedecer a vuestro Dios en todo y tener cuidado de no seguir el mal ejemplo de esa gente, pues vuestro Dios los odia y por eso quiere expulsarlos de entre vosotros.


Los descendientes de los edomitas sí podrán participar en la asamblea reunida en honor de Dios, porque son vuestros parientes. También podrán participar los descendientes de los egipcios, porque vosotros vivisteis en su país.


Moisés continuó diciendo: —Vuestro Dios os hará entrar en la tierra que os va a dar. Arrojará de allí a siete naciones más grandes y poderosas que vosotros: los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los fereceos, los jeveos y los jebuseos.


Manteneos fieles a él. No os mezcléis con las naciones que todavía viven entre vosotros, ni os caséis con su gente.


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