Esdras 3:1 - Biblia Lenguaje Básico1 En el mes de Etanim, los judíos, que ya se habían instalado en sus pueblos, se reunieron en Jerusalén. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19601 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente1 A comienzos del otoño, cuando los israelitas ya se habían establecido en sus ciudades, todo el pueblo se reunió en Jerusalén con un mismo propósito. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)1 Los israelitas ya estaban en sus ciudades, cuando, al llegar el séptimo mes, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion1 Cuando llegó el mes séptimo, y los hijos de Israel estaban en las ciudades, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalem. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19751 Llegado el séptimo mes, todo el pueblo de los israelitas, que estaba ya en sus ciudades, se reunió como un solo hombre en Jerusalén. Gade chapit la |
El primer día del mes de Etanim todo el pueblo se reunió en la plaza, frente a la Puerta de las Aguas. Allí estaban los hombres, las mujeres y todos los niños que podían entender. Entonces pidieron a Esdras, el escriba y sacerdote, que trajera el libro de la Ley, que Dios había dado a los israelitas por medio de Moisés. Así que Esdras fue, trajo el libro, y lo estuvo leyendo desde muy temprano hasta el mediodía. Todos los que estaban allí escucharon con mucha atención.
Hermanos míos, os ruego, de parte de nuestro Señor Jesucristo, que os pongáis todos de acuerdo y que no haya divisiones entre vosotros. Al contrario, vivid unidos y tratad de poneros de acuerdo en lo que pensáis y sentís. Algunos de la familia de Cloe me dijeron que hay asuntos por los que estáis discutiendo mucho.
Hay tres fiestas anuales, a las que no debe faltar ningún hombre mayor de doce años: la fiesta de la Pascua, la fiesta de las Semanas y la fiesta de las Enramadas. Estas fiestas deberéis celebrarlas en el lugar que Dios haya elegido para habitar en él, y nadie deberá presentarse a la fiesta sin una ofrenda para Dios, una ofrenda proporcional a los bienes con que Dios os haya bendecido.