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Esdras 1:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Todos los que decidan ir a Jerusalén para trabajar en la reconstrucción del Templo, recibirán de sus vecinos ayuda en dinero, mercancías y ganado. También recibirán ofrendas para el Templo de Dios”».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 En el lugar que se encuentre este remanente judío, que sus vecinos los ayuden con los gastos, dándoles plata y oro, provisiones para el viaje y animales, como también una ofrenda voluntaria para el templo de Dios en Jerusalén”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 En todo lugar donde se encuentren estos sobrevivientes, que la gente del lugar les proporcione plata, oro, bienes, ganado y también ofrendas voluntarias para el Templo de Dios, que está en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde viva, que lo ayuden sus vecinos con plata y con oro, y con bienes y ganado, además de las ofrendas voluntarias para la Casa de Dios que está en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Y a todo el resto de ese pueblo, dondequiera que resida, ayúdenle las gentes del lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de donativos voluntarios, para el templo de Dios que está en Jerusalén'.

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Esdras 1:4
15 Referans Kwoze  

Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso siento una gran alegría al comprobar que tanto yo como el pueblo hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.


Es tan grande mi amor por este Templo para mi Dios, que además de todo lo que ya he reunido, voy a entregar de mis propias riquezas lo siguiente:


El rey David y todo el pueblo estaban muy contentos al ver la generosidad y espontaneidad con que todos habían hecho sus aportaciones.


Coré, hijo de Imná, de la tribu de Leví, tenía a su cargo la vigilancia de la entrada este del Templo, y era el responsable de cuidar las ofrendas que la gente daba voluntariamente a Dios. También se encargaba de repartirlas entre los sacerdotes y levitas. Coré tenía seis colaboradores que, con toda honradez, repartían las ofrendas entre los sacerdotes y levitas, que vivían en las ciudades y campos de pastoreo del territorio de Judá. Los sacerdotes que recibían esa ayuda debían ser descendientes de Aarón, y los levitas debían estar en la lista oficial de ayudantes al servicio de Dios. Estos eran los seis colaboradores de Coré: Eden, Minyamín, Josué, Semaías, Amarías y Secanías. El reparto se hacía de la siguiente manera: en un libro estaban escritos los nombres de todos los sacerdotes y sus ayudantes mayores de tres años. La lista de los sacerdotes seguía el orden de la familia a la que pertenecían, y la lista de los levitas tenía una sección con todos los que eran mayores de veinte años, según el turno y el trabajo que hacían. Como todos ellos estaban permanentemente dedicados al servicio del culto a Dios, en el libro también estaban registrados los nombres de todos sus familiares, es decir, de sus esposas, hijos e hijas. Y así, todos los sacerdotes y levitas que iban al Templo para cumplir con sus trabajos diarios, según el turno y trabajo que les tocaba hacer, recibían la parte que les correspondía.


Por tanto, todos los que sean de Judá y quieran reconstruir el Templo, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. El Dios de Israel vive allí y los ayudará.


Entonces los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín sintieron que Dios los animaba a ir a Jerusalén para reconstruir su Templo. Y lo mismo sintieron los sacerdotes, levitas y muchos otros judíos.


¡Dios de Israel, tú eres justo! Tú permitiste que un grupo de nosotros haya podido quedar con vida, como ahora vemos. Reconocemos que somos culpables y que no tenemos derecho de acercarnos a ti.


Todos los israelitas, hombres y mujeres, llevaron su ofrenda voluntaria y se la entregaron a Moisés para la construcción de todo lo que Dios había ordenado.


Solo unos cuantos israelitas se volverán hacia el Dios de poder.


Durante muchos años he andado por otros países. Luego volví a mi país para traer dinero a los pobres y presentar una ofrenda a Dios.


Cuando tengáis dificultades, ayudaos unos a otros. Eso os ayudará a cumplir la ley de Cristo.


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