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Efesios 5:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 Los maridos deben amar a sus esposas, como Cristo amó a la Iglesia y dio su vida por ella.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Los esposos:° Amad a las esposas° así como el Mesías amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Maridos, amad a vuestras esposas, como también Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella,

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Efesios 5:25
21 Referans Kwoze  

Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer para formar un solo cuerpo.


Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de su madre Sara y se casó con ella. De este modo Rebeca llegó a ser su mujer, y él la amó mucho. Así se consoló Isaac de la muerte de su madre.


en cambio, el pobre solo tenía una oveja que había comprado. La crio y la cuidó junto con sus hijos como si fuera una hija más. Tanto quería ese hombre a su oveja que hasta le daba de comer de su mismo plato, y la dejaba recostarse y dormir en su regazo como a una hija.


¡Voy a regalarte pendientes de oro con adornos de plata!


Yo mismo, el Hijo del hombre, soy así. No he venido a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. He venido para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo daré mi vida.


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo para que quien coma de él viva para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi propio cuerpo entregado para que el mundo tenga vida eterna.


Debéis cuidaros a vosotros mismos y cuidar a los miembros de la Iglesia. Recordad que el Espíritu Santo os puso como líderes para que cuidéis de la Iglesia que Dios salvó por medio de la muerte de su propio Hijo.


Jesucristo entregó su vida para que Dios perdonara nuestros pecados y nos librara de este mundo malvado. ¡Así lo ha dispuesto Dios, nuestro Padre,


y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a la fe que he puesto en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.


Debéis amar a los demás, como Cristo nos amó y se entregó a la muerte por nosotros como si fuera una ofrenda y un sacrificio de aroma agradable que se hace a Dios.


Por eso, las mujeres deben respetar a sus maridos en todo, de la misma manera que la Iglesia debe respetar a Cristo.


Pues así también los maridos deben amar a sus mujeres como si se tratara de su propio cuerpo. El marido que ama a su mujer se ama a sí mismo.


En todo caso, el marido debe amar a su mujer como si se tratara de sí mismo y la mujer debe respetar a su marido.


Y vosotros, los maridos, debéis amar a vuestras esposas y no maltratarlas.


Este Jesús dio su propia vida para salvar a todo el mundo, como así lo demostró en el tiempo señalado.


En cuanto a vosotros, maridos, sed comprensivos con vuestras mujeres. Es cierto que ellas no tienen vuestra fuerza, pero también a ellas Dios les ha prometido el don de la vida. Si lo hacéis así, Dios escuchará vuestras oraciones.


Y todos ellos cantaban un cántico nuevo que decía: —Solo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.


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