Efesios 2:2 - Biblia Lenguaje Básico2 En ese tiempo seguíais el mal ejemplo de la gente de este mundo y estabais dominados por el poderoso espíritu que actúa en el universo y domina a las personas que son rebeldes a Dios. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19602 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)2 Con ellos seguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, según el curso de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, del espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19752 en que vivisteis en el pasado siguiendo la corriente de este mundo, siguiendo al príncipe de la potestad del aire, al espíritu que actúa ahora entre los hijos de la rebeldía, Gade chapit la |
No quise decir que os apartarais totalmente de estas personas, pues para no juntaros con ellas, tendríais que salir de este mundo. No es posible apartarse totalmente de los que siempre desean más de lo que tienen, ni de los ladrones, ni de los que adoran a los ídolos, ni de los borrachos o de los que hablan mal de los demás.
Los judíos os llaman «los no circuncidados», pues habéis nacido fuera del judaísmo y ellos a sí mismos se llaman «los circuncidados», pues llevan en su cuerpo esa marca hecha por manos humanas. Vosotros no sois judíos y debéis recordar que antes no teníais a Cristo ni erais parte del pueblo de Israel. Tampoco formabais parte del pacto ni de la promesa que Dios hizo con su pueblo. Vivíais en medio del mundo sin Dios y sin esperanza.