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Efesios 2:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 Por medio de lo que Jesucristo hizo, tanto los judíos como los no judíos, tenemos un mismo Espíritu y podemos acercarnos a Dios Padre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Ahora todos podemos tener acceso al Padre por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo por nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Y por él los dos pueblos llegamos al Padre en un mismo Espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 pues por medio de Él, los unos y los otros tenemos derecho a entrar por un mismo Espíritu al Padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos acceso, en un solo Espíritu, al Padre.

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Efesios 2:18
26 Referans Kwoze  

Ese día haré que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén oren y lamenten al mirar al que atravesaron con una lanza. Y será tan grande su tristeza que llorarán como si hubieran perdido a su único hijo.


Id y haced discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Entonces Jesús les explicó el ejemplo: —Yo soy la puerta por la que entran las ovejas.


Yo soy la puerta: cualquiera que entre por esta puerta, se salvará; podrá salir y entrar libremente, y siempre encontrará alimento.


Jesús le respondió: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por medio de mí.


Nos alegra saber que, por creer en Jesucristo, ahora podemos disfrutar de la gracia de Dios, y que un día compartiremos con él toda su grandeza.


Porque el Espíritu que Dios os ha dado no os esclaviza ni os hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: «¡Papá!».


Entre nosotros, unos son judíos y otros no lo son. Algunos son esclavos y otros son personas libres. Pero todos fuimos bautizados por el mismo Espíritu Santo para formar una sola Iglesia y un solo cuerpo. A cada uno nos dio Dios el mismo Espíritu Santo.


Sin embargo, para nosotros solo hay un Dios, que es el Padre. Él creó todas las cosas, y nosotros vivimos para él. También hay solo un Señor, Jesucristo. Dios creó todo por medio de él, y gracias a él nosotros vivimos ahora.


Ahora, como sois sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en vosotros. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarle: «Abba» que significa «Padre querido».


Gracias a Cristo, y porque creemos en él, tenemos libertad para acercarnos a Dios con plena confianza.


Por todo esto, me arrodillo para orar delante de Dios Padre,


Solo hay una Iglesia, solo hay un Espíritu, y una es la esperanza a la que habéis sido llamados.


No os olvidéis de orar. Y siempre que oréis a Dios, dejad que os dirija el Espíritu Santo. Estad alerta y no os deis por vencidos. En vuestras oraciones, pedid siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios.


daréis gracias a Dios Padre que nos ha preparado para que recibamos, en su reino de luz, la herencia que ha prometido a los creyentes.


Esa ley no pudo hacer nada perfecto. Por eso, ahora confiamos en que Dios nos dé una esperanza mejor que nos permita acercarnos a él.


Con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre y también insultamos a los demás seres humanos creados por Dios a su imagen. Hermanos, ¡esto no debe ser así!


Dios es un juez que no tiene favoritos, y será él quien decida si merecemos ser castigados o premiados según lo que cada uno de nosotros haya hecho. Así que, si decís que Dios es vuestro Padre, debéis honrarle en este mundo todos los días de vuestra vida.


Gracias a Cristo, vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio un lugar de honor en su reino. De esta manera vuestra fe y vuestra esperanza tienen en Dios un firme apoyo.


Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonar nuestros pecados. Él era bueno e inocente y sufrió por los pecadores para llevaros a Dios. Como hombre mortal, padeció la muerte, pero como espíritu volvió a la vida.


Pero vosotros, queridos hermanos, manteneos firmes en vuestra fe que es garantía de santidad y orad movidos por el Espíritu Santo.


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