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Efesios 1:17 - Biblia Lenguaje Básico

17 Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre a quien pertenece la gloria, que os dé su Espíritu, para que seáis sabios y podáis entender cómo es Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 y le pido a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Que el Dios de Cristo Jesús nuestro Señor, el Padre que está en la gloria, se les manifieste dándoles espíritu de sabiduría para que lo puedan conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 para que el Dios de nuestro Señor Jesús el Mesías, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de Él;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él;

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Efesios 1:17
56 Referans Kwoze  

¡Dios mío, a ti te pertenecen la grandeza y el poder, la gloria, el dominio y la majestad! Porque todo lo que existe es tuyo. ¡Tú reinas sobre todo el universo!


Lo que antes sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte.


¿Y quién es este Rey poderoso? ¡Es el Rey poderoso, el Dios del universo!


¡Abrid las puertas de Jerusalén! ¡Dejad abiertas las antiguas entradas para que pase el Rey poderoso!


La voz de nuestro Dios, Dios de la gloria, retumba como el trueno sobre los grandes océanos.


Busca a quienes yo he dado una habilidad artística especial para que hagan ese traje, el traje que deberá llevar Aarón cuando sea consagrado sacerdote a mi servicio.


El que es sabio e inteligente presta atención y aprende más.


Así llegarás a entender lo que es respetar a Dios y conocerlo de verdad.


El espíritu de Dios estará sobre él y le dará sabiduría, inteligencia y prudencia. Será un rey poderoso que conocerá y obedecerá a Dios.


Jamás ha existido una nación que haya abandonado a sus dioses, aun cuando sus dioses sean falsos. Pues vosotros, que sois mi pueblo, me habéis cambiado a mí, que soy el Dios verdadero y glorioso, por dioses que no sirven para nada.


Cambiaré su manera de ser y de pensar, para que me reconozca como su Dios y me obedezca en todo. Judá será mi pueblo y yo seré su Dios.


Ya no hará falta que unos sean maestros de otros, y que les enseñen a conocerme, porque todos me conocerán, desde el más joven hasta el más viejo. Yo les perdonaré todas sus maldades, y nunca más me acordaré de sus pecados. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Vienen días —Soy yo, Dios, quien lo asegura— en que castigaré a todos los que practican la circuncisión


Cuando Ciro llevaba ya tres años como rey de Persia, Daniel, llamado también Baltasar, tuvo una visión de una gran guerra. La visión era difícil de entender, pero Daniel se propuso entenderla, y consiguió comprender su mensaje. Durante tres semanas, yo Daniel, estuve muy triste. No comí carne ni tomé vino, ni probé nada de lo que me gustaba ni me puse ningún perfume hasta que pasaron las tres semanas.


Aquí en Babilonia hay un joven muy inteligente y sabio. En él vive el espíritu de Dios. Nabucodonosor, tu padre, lo conocía bien, y por eso lo puso como jefe de todos los sabios y adivinos del reino.


En ese momento, Jesús se dirigió a Dios diciendo: —¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no has mostrado estas cosas a los sabios y estudiosos; en cambio sí las has mostrado a la gente humilde y sencilla.


Y dijo a los que estaban allí: —Mi Padre me ha dado todo y es el único que me conoce, porque soy su Hijo. Nadie me conoce a mí, que soy su Hijo, tan bien como mi Padre y nadie conoce a mi Padre a no ser yo, que soy su Hijo; y también le conocerán aquellos a quienes yo se lo comunique.


Jesús le dijo: —¡Dichoso tú, Pedro, hijo de Jonás! Porque no sabes esto por tu propia cuenta, sino que te lo ha revelado mi Padre que está en el cielo.


Ellos le respondieron: —Señor, que podamos ver de nuevo.


No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno».


Porque en el momento preciso, el Espíritu Santo os dirá lo que debéis decir.


—¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra para todos los que Dios ama!


Yo os daré sabiduría para que contestéis con inteligencia, y ninguno de vuestros enemigos podrá contradeciros ni haceros frente.


Él os enseñará lo que es la verdad. Los que no creen en Dios y solo se preocupan por lo que pasa en este mundo, no pueden recibir al Espíritu, porque no lo ven ni lo conocen. Pero vosotros sí lo conocéis, porque está con vosotros, y siempre estará a vuestro lado.


El Abogado defensor, es decir el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y hará que recordéis todo lo que yo os he dicho.


Y esto lo harán porque no me han conocido a mí, ni han conocido a mi Padre.


Y esta vida eterna consiste en que te conozcan a ti que eres el único Dios verdadero, y a mí, que soy el Mesías que tú enviaste al mundo.


Jesús le dijo: —No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero vete y diles a mis discípulos que voy a reunirme con él, que también es vuestro Padre. Él es mi Dios, y vuestro Dios.


Pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque Esteban hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.


Esteban respondió: —Hermanos israelitas y líderes de la nación: escuchadme. Dios, con toda su gloria, se apareció a nuestro antepasado Abrahán en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir en Jarán.


Como no han querido tener en cuenta a Dios, Dios los ha dejado hacer todo lo malo que su mente pervertida los lleva a hacer.


Así, todos juntos podréis alabar a Dios Padre.


A algunos, el Espíritu les concede la capacidad de hablar con sabiduría, a otros la capacidad de hablar con mucho conocimiento,


Hermanos míos, si yo fuera a visitaros y os hablara en lenguas que no entendéis, ¿de qué os serviría? Solamente os ayudaría si os diera a conocer algo desconocido, o si os diera algún conocimiento, o si os comunicara algún mensaje de parte de Dios, o alguna enseñanza.


Dios nos dio a conocer todo esto por medio de su Espíritu, que lo examina todo, hasta los secretos más profundos de Dios.


Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si ellos lo hubieran entendido, no habrían crucificado a nuestro Señor, que es el Señor de la gloria.


Nada se gana con hablar bien de uno mismo. Pero si tengo que hacerlo, os voy a contar las visiones que tuve y lo que el Señor Jesucristo me mostró.


Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo.


Se trata de un plan que no se dio a conocer a los que vivieron antes que nosotros; pero ahora, por medio de su Espíritu, Dios se lo ha mostrado a sus santos apóstoles y profetas.


Así llegaremos a estar todos unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, y seremos plenamente maduros y perfectos como corresponde a creyentes en Cristo.


Todos los que nos consideramos bien formados en la vida cristiana debemos pensar de esta manera. Y si algunos pensáis de manera diferente, ojalá que Dios os haga ver también esto con claridad.


debe también corregir a sus enemigos con dulzura. Tal vez así Dios les dé la oportunidad de arrepentirse y de conocer la verdad.


Querido Tito: Yo te ayudé a creer en Jesucristo y por eso tú eres para mí como un verdadero hijo. Tú y yo compartimos la misma fe en Dios; por eso le pido a él, que es nuestro Padre, y a Jesucristo, nuestro Salvador, que te concedan su gracia y su paz. Como bien sabes, soy siervo de Dios y apóstol de Jesucristo. Fui enviado por él para que los elegidos de Dios crean en él y para que lleguen a conocer la verdad que enseña nuestra religión. Así estarán seguros de recibir la vida eterna que Dios nuestro Salvador prometió desde antes que el mundo existiera. Y sabemos que Dios no miente. En el momento que él consideró oportuno, me dio ese mensaje y me mandó que lo anunciara a los demás.


Hermanos míos, tenéis fe en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no debéis tratar a unas personas mejor que a otras.


Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos y para que vivamos como él quiere. Nos lo ha dado cuando nos hizo conocer a Jesucristo, por medio del cual nos eligió para que seamos parte de su reino.


Que la gracia y el conocimiento que tenéis de nuestro Señor Jesucristo crezca cada vez más en vosotros. ¡A él le corresponde la gloria ahora y siempre! Amén.


diciendo: —Debemos alabar a nuestro Dios y admirar su fama y su sabiduría, su poder y su fortaleza. Demos a nuestro Dios gracias y honor por siempre. ¡Amén!


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