16 Tanto me dediqué a observar todo lo que se hace en este mundo, y a tratar de entender lo que es la sabiduría, que ni de noche ni de día podía dormir.
16 Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la faena que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos);
16 Cuando apliqué° mi corazón a conocer la sabiduría y a ver la tarea que se hace sobre la tierra (porque hay quienes ni de día ni de noche ven el sueño con sus ojos),
16 Cuando me dediqué a conocer la sabiduría y a examinar las fatigas que se toma el hombre en la tierra -porque ni de día ni de noche ven sus ojos el sueño-,
Los veinte años que viví en tu casa los pasé en las peores condiciones: ahogándome de calor durante el día, y muriéndome de frío por la noche, ¡y no encontraba el modo de conciliar el sueño! Catorce años trabajé para ti por tus dos hijas, y seis años más para conseguir un rebaño propio. ¡Y más de una vez me rebajaste el sueldo!
De nada sirve que vosotros os levantéis muy temprano, o que os acostéis muy tarde; de nada sirve que trabajéis muy duro para ganaros el pan; Dios se lo da a los que ama incluso cuando duermen.
Me he dedicado por completo a tratar de comprender lo que es la sabiduría y la ciencia, y distinguirlas de lo que es necedad y tontería. Pero también eso es como querer atrapar el viento.
Me refiero a la persona solitaria, que no tiene hijos ni hermanos: se pasa todo el tiempo trabajando y nunca está satisfecha; siempre quiere tener más. Esa persona jamás se pone a pensar si vale la pena trabajar tanto para no disfrutar de ello. En realidad, es algo que no tiene sentido y solo produce disgustos.
Me he dedicado a tratar de entender todo lo que sucede en este mundo, y he visto muchos casos en que unos dominan a otros con la intención de hacerles daño.