Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Daniel 9:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 ¡Escúchame, Dios mío! ¡Mira cómo ha quedado destruida la ciudad donde te adoramos! Si te pedimos esto, no es porque creamos que somos buenos, ni porque merezcamos recibir lo que te pedimos. Lo hacemos porque creemos que tú eres muy compasivo y bondadoso.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

18 »Oh Dios mío, inclínate y escúchame. Abre tus ojos y mira nuestra desesperación. Mira cómo tu ciudad —la ciudad que lleva tu nombre— está en ruinas. Esto rogamos, no porque merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Pon atención, oh Dios mío, escucha, abre tus ojos, mira nuestra ruina y la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. Te lo suplicamos; no esperamos nada de nuestros méritos, sino que confiamos en tu gran misericordia.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¡Oh Dios mío!, inclina tu oído y escucha; abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la que se invoca tu Nombre, porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Inclina tu oído, Dios mío, y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre; pues no te presentamos nuestras súplicas confiando en nuestras buenas obras sino en tus grandes misericordias.

Gade chapit la Kopi




Daniel 9:18
24 Referans Kwoze  

¡Préstanos atención! Mira lo que nos está sucediendo. Escucha las palabras con que Senaquerib te ha ofendido a ti, el Dios de la vida.


Amo a mi Dios porque él escucha mis ruegos.


Dios mío, acuérdate de mí por tu amor y tu bondad. Recuerda que tu ternura y tu amor existen desde siempre, pero olvídate de los pecados que cometí cuando era joven.


Pero Dios siguió diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel está sufriendo mucho en Egipto. He escuchado sus gritos pidiéndome ayuda y he visto cómo los egipcios los maltratan.


¡Préstanos atención! Mira lo que nos está sucediendo. Escucha las palabras con que Senaquerib te ha ofendido a ti, el Dios de la vida.


Yo los he creado para que me adoren y me canten alabanzas".


Y ahora, Dios nuestro, no te quedes sin hacer nada; no permanezcas callado ni nos humilles más.


Aun nuestras mejores obras son como un trapo sucio; hemos caído como hojas secas, y nuestros pecados nos arrastran como el viento.


Jeremías dijo: Dios mío, ¿por qué actúas en nuestro país como si estuvieras de paso? Te portas como un viajero que solo se queda a pasar la noche. Admitimos que hemos sido infieles y que son muchos nuestros pecados; ¡demuestra que tú sí eres fiel y ven pronto a ayudarnos! Tú eres nuestra única esperanza; ¡eres la salvación de Israel en momentos de angustia!


Dios de Israel, todos saben que somos tuyos, y que vives con nosotros. ¡No nos abandones! ¡No des la impresión de que eres un guerrero sin fuerzas, incapaz de salvar a nadie!


Todopoderoso Dios de Israel, cuando tú me hablaste, tomé en serio tu mensaje. Mi corazón se llenó de alegría al escuchar tus palabras, porque yo soy tuyo.


Ya he comenzado a castigar a Jerusalén, ciudad donde se me adora, y estáis muy equivocados si creéis que a vosotros no os castigaré, porque sí os voy a castigar, pues voy a traer la guerra que acabará con todos los habitantes de la tierra». Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Tal vez se arrepientan y cambien de conducta cuando sepan que Dios está muy enfadado con ellos y que es muy grande el castigo con que los ha amenazado.


Te ruego, oh rey, que me escuches y tengas en cuenta esto que te pido: que no me mandes de nuevo a casa del secretario Jonatán no sea que muera allí.


Por lo tanto, di a los israelitas de mi parte: No hago esto por vosotros, israelitas, sino para defender mi nombre que vosotros habéis deshonrado en los lugares adonde habéis ido.


Y entended que hago todo esto no porque vosotros lo merezcáis, israelitas, sino para que os avergoncéis de vuestra mala conducta. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Tú, Dios mío, tú eres justo. Por eso nos sentimos muy avergonzados. Así se sienten los que viven en Jerusalén y también los que viven en los países lejanos, adonde los expulsaste por haber pecado contra ti.


Así invocarán mi nombre los sacerdotes sobre los israelitas y yo les concederé mi bendición.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite