17-19 El árbol grande y poderoso que viste en tu sueño eres tú mismo. Te has hecho tan poderoso que tu grandeza ha llegado hasta el cielo. Y así como el árbol tenía ramas verdes que servían de refugio a los animales del campo y anidaban los pájaros del cielo, y todos comían de su fruta, así también tu poder, oh rey, se ha extendido por toda la tierra y tu grandeza ha crecido hasta llegar a lo alto del cielo.
17 La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
17 Pues esto es lo que decretaron los mensajeros; es lo que ordenan los santos, para que todos sepan que el Altísimo gobierna los reinos del mundo y los entrega a cualquiera que él elija, incluso a las personas más humildes’.
17 La sentencia es por decreto de los guardianes, y la decisión por la palabra de los Santos, para que los vivientes reconozcan que Il•laya domina sobre el reino de los hombres, que lo da a quien le place y pone sobre él al más humilde de los hombres.
Cuando Ajab escuchó estas palabras, rasgó sus ropas en señal de arrepentimiento, se vistió de ropas ásperas y ayunó. Entonces Dios dijo a Elías: —¿Has visto cómo Ajab se ha arrepentido por el mal que ha hecho? Por eso no voy a castigar a su familia mientras él viva; esperaré a que su hijo sea rey. Y es que antes de Ajab, nadie se había portado tan mal con Dios como él. Aunque en realidad fue su mujer Jezabel la culpable de que Ajab se portara tan mal. Lo más odioso que hizo Ajab fue adorar a los ídolos, como lo habían hecho los amorreos, antes de que Dios los expulsara del territorio israelita.
Es tanta mi ira que los castigaré duramente. ¡Mi venganza contra ellos será terrible! Así que cuando descargue mi venganza, tendrán que reconocer que yo soy el Dios de Israel.
pues voy a traer naciones malvadas que se apoderarán de vuestras casas. Ni siquiera respetarán vuestros santuarios, así que ya no tendréis nada que os haga sentir orgullosos.
Después de ese rey vendrá un malvado a quien no le corresponde ser rey, pero que llegará a serlo por medio de engaños y sin que nadie se dé cuenta de sus intenciones.
Solo Dios hace que se sucedan las estaciones y los años; a unos los hace reinar y a otros les quita del trono; él hace que los sabios entiendan y concede ciencia a los inteligentes.
Ofenderá con sus palabras al Dios altísimo y luchará contra su pueblo elegido. Tratará de cambiar las costumbres religiosas y la ley de Dios, y durante tres años y medio tendrá sometido al pueblo elegido por Dios.
Solo Dios es quien da autoridad a una persona, y solo él es quien ha dado poder a los gobernantes que tenemos. Por lo tanto, debemos obedecer a las autoridades del gobierno.
Dios, Jesucristo y todos los ángeles que Dios ha elegido, sean testigos de esto que te digo: cumple todo lo que te he mandado hacer y sé justo con todos, sin tener favoritos.
Cada uno de estos seres vivientes tenía seis alas y estaban llenos de ojos, por fuera y por dentro, y no dejaban de cantar de día y de noche: —Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que existe, ha existido y está a punto de llegar.