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Daniel 2:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Como los sabios hablaban arameo, le contestaron al rey en ese idioma: —¡Larga vida al rey! Estamos para servirte. Si el rey nos cuenta su sueño, nosotros le diremos lo que significa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces los astrólogos respondieron al rey en arameo: —¡Que viva el rey! Cuéntenos el sueño y nosotros le diremos lo que significa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Los astrólogos dijeron al rey: '¡Que viva el rey eternamente! Cuéntales a tus servidores el sueño y te daremos su interpretación'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Entonces los caldeos respondieron al rey en lengua aramea: ¡Vive por siempre, oh rey! Di a tus siervos cuál fue ese sueño, y te haremos saber la interpretación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Los caldeos respondieron al rey en arameo: '¡Viva el rey eternamente! Cuenta el sueño a tus siervos y te daremos la interpretación'.

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Daniel 2:4
23 Referans Kwoze  

Labán llamó al lugar Jegar Sadutá —es decir, Piedra del Testimonio—; Jacob, por su parte lo llamó Galaad y también Mispá —es decir, Atalaya—. Y es que, según Labán, el montón de piedras allí reunido había de servir como testimonio para recordarles el pacto sellado entre ambos. Y también para recordarles que Dios iba a vigilar si cumplían el pacto una vez que se hubieran separado. Labán dijo también a Jacob:


Sin embargo, al levantarse estaba tan preocupado que mandó llamar a todos los magos y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero ninguno pudo decirle lo que significaban.


Porque él está celebrando una fiesta: ha matado toros, terneros y muchas ovejas, y ha invitado a los hijos del rey, al general Joab y al sacerdote Abiatar. Ahora mismo, mientras comen y beben, no cesan de gritar: «¡Viva el rey Adonías!».


Entonces Betsabé se inclinó delante del rey hasta tocar el suelo con la frente, y dijo: —¡Que viva para siempre mi señor, el rey David!


Eliaquín, Sebná y Joaj dijeron al oficial asirio: —Por favor, no nos hables en hebreo. Háblanos en arameo, pues lo entendemos, y así no se enterarán todos los que nos están escuchando en la muralla.


Tiempo después hubo otro rey, llamado Artajerjes. Al principio de su reinado, Bislán, Mitrídates, Tabeel y sus demás compañeros le escribieron una carta en arameo que fue traducida al persa.


y le dije al rey: —¡Deseo que su majestad viva muchos años! La verdad es que sí estoy triste ¿y cómo no voy a estarlo si la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados permanece en ruinas y sus puertas siguen destruidas por el fuego?


Eliaquín, Sobná y Joaj dijeron al oficial asirio: —Por favor, no nos hables en hebreo. Háblanos en arameo, pues lo entendemos, y así no se enterarán todos los que nos están escuchando en la muralla.


Cuando hablan los falsos profetas, no dejo que se cumpla lo que ellos anuncian; demuestro que los adivinos no tienen razón, y convierto en puras tonterías la sabiduría de los seres humanos.


Los sabios volvieron a decirle: —Si el rey nos cuenta lo que ha soñado, nosotros le diremos lo que significa.


Le dijeron: —¡Larga vida al rey!


Esto fue lo que vi en sueños mientras dormía: En medio de la tierra había un árbol muy alto.


Eran tan verdes sus hojas y tan abundante su fruta, que podía alimentar a todos. Todas las aves del cielo hacían en él su nido y todos los animales del campo se cobijaban bajo su sombra; todos los seres vivientes se alimentaban de él.


Cuando la reina oyó los gritos de Baltasar y de sus consejeros, entró al salón del banquete y dijo al rey: —¡Larga vida al rey! ¡No te asustes ni palidezca tu cara!


Acudieron todos los sabios y adivinos que estaban al servicio del rey, pero ninguno de ellos entendía lo que estaba escrito, así que no podían explicárselo al rey.


Al llegar al foso llamó a Daniel con voz fuerte y a la vez triste: —¡Daniel, tú siempre has adorado al Dios de la vida! ¿Ha podido tu Dios salvarte de los leones?


Por eso se pusieron de acuerdo y dijeron: —Como no tenemos nada de qué acusar a Daniel, lo haremos caer con algo que tenga que ver con su religión.


Entonces los gobernadores y sus jefes fueron a ver al rey Darío y le dijeron: —¡Larga vida al rey!


Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, descendiente de David! ¡Bendito tú, que vienes de parte de Dios! ¡Sálvanos, Dios altísimo!».


Entonces Samuel dijo a todo el pueblo: —¡Aquí tenéis al hombre elegido por Dios! ¡No hay nadie que se le compare! Los israelitas gritaron a una voz: —¡Viva el rey!


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